Pese al triunfo de Juntos por el Cambio en las PASO a nivel nacional, el ex presidente Mauricio Macri no pudo sacar rédito de la victoria, ya que varios de los precandidatos por los cuales apostó perdieron la interna de sus respectivos distritos.
En la foto de los ganadores de la jornada, el nombre del fundador del PRO quedó ensombrecido y las luces estuvieron enfocadas en el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, principal armador de la oposición, y sus candidatos «palomas», como Diego Santilli en la Provincia, María Eugenia Vidal en la Ciudad y Rogelio Frigerio en Entre Ríos.
Macri se sumó a la campaña en el último tramo y, además de acompañar a los postulantes elegidos por Rodríguez Larreta en la Ciudad y la Provincia, apoyó personalmente a dirigentes de otras zonas del país como Córdoba, donde fue tratado con honores durante el cierre de campaña de Mario Negri y Gustavo Santos, precandidatos a senador y diputado, respectivamente.
Sin embargo, en la provincia donde el ex mandatario se siente más reconocido, al punto de haber manifestado que es «un cordobés más», sufrió un doloroso revés con la derrota de Negri ante Luis Juez en la primaria de la alianza opositora y por una diferencia significativa de votos.
La dupla que buena parte del PRO cordobés había tenido en mente era Juez-Santos, pero el ex ministro de Turismo de Macri cerró un acuerdo de último momento con Negri para ir primero en la lista de diputados, después de trabajar casi un mes junto al ex intendente de la capital provincial.
Con el «garrochazo» de Santos, su preferido en Córdoba, el ex presidente expresó su preferencia por la lista encabezada por Negri, una decisión que desairó a Juez y a buena parte de la estructura militante del PRO de Córdoba.
En varias oportunidades Juez manifestó que Macri lo «defraudó» y que «se equivocó» a partir de «un capricho», y lo siguió sosteniendo después de haber ganado las PASO.
A diferencia de Macri, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, fue orgánica y desde un primer momento acompañó la decisión del partido amarillo de apuntalar la precandidatura de Juez, un «halcón» hecho y derecho.
Distanciada de Macri luego de que éste le soltara la mano en la frustrada interna porteña con Vidal, Bullrich dejó en claro en Córdoba que tiene juego propio y salió fortalecida con la victoria de Juez.
Según supo NA, un sector del PRO quiere que «quede bien claro que esta es una victoria de Patricia».
El destino tampoco acompañó a Macri en Santa Fe, donde apostó todo a la lista «Santa Fe Nos Une» encabezada por el actual diputado nacional del PRO Federico Angelini y por la mediática Amalia Granata, dupla que era favorito a ganar la interna en las PASO en la categoría de precandidatos a senadores nacionales.
Sin embargo, esa lista quedó tercera en la interna que finalmente ganó la lista radical de Carolina Losada y Mario Barletta: en este caso, Macri compartió el costo con Rodríguez Larreta y Bullrich, que también apoyaron a la fórmula Angelini- Granata.
En Tucumán tampoco acertó el ex mandatario, que arriesgó por José Cano para el Senado y Silvia Elías de Pérez para la Cámara de Diputados, pero esa fórmula quedó cómodamente tercera en la interna de Juntos por el Cambio, donde ganó la lista de Germán Alfaro y del presidente del PRO local, Ramiro Beti, candidatos a senador y diputado.
Lo paradójico es que en el último tramo de la campaña, en la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires los candidatos de Rodríguez Larreta recurrieron a Macri para seducir al electorado de la oposición más dura al Gobierno, ante la amenaza que significaba una eventual fuga de votos a las opciones liberales o libertarias.
La pálida imagen que había dejado el Gobierno del PRO consumada la derrota del 2019, especialmente por la falta de logros en el plano económico, fue la razón por la cual el frente opositor atravesó un proceso de revisión de sus liderazgos.
El desplazamiento fue tan evidente que Macri no pudo imponer a sus candidatos en Capital y Provincia (Patricia Bullrich y Jorge Macri) y fue Rodríguez Larreta quien tomó el control absoluto del armado opositor.
En este contexto de repliegue, Macri se fue de vacaciones junto a su familia a Europa (donde permaneció 43 días) y se mantuvo ajeno a las roscas por el armado de las listas: no volvió al país hasta el comienzo de la campaña electoral.