La movilización que convocó un sector del kirchnerismo para protestar contra la Corte Suprema de Justicia el 1 de febrero mostró un nuevo punto de disenso dentro del Gobierno del Frente de Todos, con el respaldo expreso de algunos funcionarios a la marcha y la distancia tomada por otros.
La marcha contra el máximo tribunal fue convocada por un sector del kirchnerismo, entre ellos, el dirigente social, Luis D Elía, con el acompañamiento del juez Juan María Ramos Padilla, y luego fue ganando adeptos, aunque entre los funcionarios más cercanos al presidente Alberto Fernández existe una postura más fría frente a esta iniciativa.
En contraste, el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi; la titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño y el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, fueron algunos de los miembros del Gabinete que expresaron su apoyo o directamente anunciaron su participación.
«Voy a estar en la movilización del 1 de febrero; es importante generar procesos de democratización de la Justicia», afirmó Ferraresi, dirigente del riñón de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Por su parte, Mena -otro de los cercanos a la ex mandataria- dijo que le «parece bien» la marcha convocada contra los integrantes del máximo tribunal y consideró que «los poderes» del Estado deben saber «cuál es su límite».
Caamaño a su turno respaldó la movilización al Palacio de Tribunales y afirmó que «es más que necesaria» porque hay que «terminar con la corporación judicial que son parte del lawfare».
«Estoy de acuerdo con la movilización, porque la va a hacer el pueblo, la gente, a la que la Justicia habitualmente le da la espalda», sostuvo la directora.
La posición adoptada por esos funcionarios no se alinea con la que expresó días atrás la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti, quien señaló que la administración de Fernández no toma postura sobre las marchas que organizan ningún sector político y social.
«Forman parte del derecho a expresarse de los diferentes sectores de la sociedad y no son parte de los temas sobre los cuales tiene que opinar el Gobierno», indicó Cerruti al marcar la distancia del Poder Ejecutivo ante la convocatoria, aunque, de todas formas, aclaró que es bien conocida la postura del Presidente con respecto de «la necesidad de mejorar la Justicia en Argentina».
Por otra parte, la lista de dirigentes afines al Frente de Todos que confirmaron su participación en la marcha se fue extendiendo con el correr de los días e incluye, entre otros, al secretario adjunto de Camioneros y cotitular de la CGT, Pablo Moyano.
Días atrás Moyano se fotografió con la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, para ultimar los detalles de la organización de la marcha contra la Corte.
Esto se interpretó como un mensaje para apurar al resto de los miembros de la conducción de la central obrera, más cercanos a Alberto Fernández y con una tibia relación con el kirchnerismo más duro, que aún no se pronunció sobre si adherirá a la iniciativa.
En el ámbito gremial también confirmaron su presencia en la marcha del martes los integrantes de la Corriente Federal que lidera el bancario y diputado oficialista, Sergio Palazzo, así como también el legislador y líder de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky.
Algo menos esperado fue la confirmación de la presencia en la manifestación de la CTA Autónoma y su gremio insignia, ATE, que lidera Hugo «Cachorro» Godoy, dirigente más cercano al Presidente que al kirchnerismo.