La localidad bonaerense de San Nicolás de los Arroyos, ubicada a sólo 240 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, un destino ideal para el turismo de escapadas, desplegará este fin de semana largo un abanico de opciones de gastronomía, juegos infantiles, deportes acuáticos, y una propuesta fierrera para disfrutar en familia o con amigos.
El sábado 13 y domingo 14, la ciudad se viste con sus mejores galas fierreras al convertirse en escenario de la octava fecha del TC2000 que se realizará en el Predio Ferial y Autódromo San Nicolás, ubicado a pocos minutos del centro de la ciudad, sobre la autopista que une Rosario con Buenos Aires.
Por las características del trazado y las amplias zonas de acceso, el público puede observar el recorrido completo desde todos los sectores del autódromo.
En San Nicolás grandes y chicos pueden combinar juegos, paseos y paisajes a orillas del río, con el Parque San Martín como uno de los puntos preferidos para las familias.
Es muy común ver rondas de mateadas improvisadas y picnics mirando hacia el Paraná en este gran predio que se encuentra sobre una de las barrancas más altas de la ciudad, una ubicación estratégica que lo convierte en un gran balcón al río.
Como plus, cuenta con un sector de juegos que divierten a los más pequeños, un bar que ofrece comidas rápidas y opciones de pescado de río, además de una heladería artesanal que se convierte en parada obligada, que se complementa en lo alrededores con opciones de foodtrucks, ideales para comida al paso.
Si el plan de escapada incluye a niños de hasta 12 años, la cita imperdible es Boooooin, una enorme propuesta colorida, inflable y esponjosa que invita a saltar y rebotar, y que está ubicado en el centro del Palacio Municipal, un edificio histórico que luce toda su arquitectura de 1900 en una de las esquinas más tradicionales de la ciudad.
Booooin incluye una enorme torre central con tobogán, un mar de pelotas, árboles para trepar que tienen un tinte mágico y una cortina de flecos que acompaña el zigzagueo de una serpiente.
Todo este conjunto colorido forma un ecosistema inspirado en la flora y fauna autóctona de esta zona del Delta del Paraná, y lo más destacable es que el ingreso es gratuito, pero es necesario reservar un turno en el sitio web oficial del municipio para ordenar el ingreso y evitar filas.
Otra parada indispensable es el punto central de la ciudad es la recientemente renovada plaza Mitre, a la que enmarcan dos grandes murales del artista Martín Ron, que por su realismo dejan admirados a turistas y nicoleños.
En torno a la plaza se concentra también una gran variedad de bares y restaurantes que son siempre una buena opción para cualquier momento del día.
Desde el desayuno a la cena, la ciudad propone cafeterías, restaurantes y bares en un circuito que invita a probar la gama completa de sabores de la cocina local.
Una jornada de exploración culinaria podría iniciar en Bleri, una marca nicoleña que presenta variedades de café en compañía de delicias saladas y dulces. Ubicado en el corazón del casco céntrico, es una parada agradable para compartir en familia o con amigos.
El almuerzo y la cena son dos buenos momentos para descubrir el sabor de pescados de río como boga, pacú, pejerrey, y las milanesas de surubí, que son un clásico que ofrece El Muelle, un restaurante familiar en pleno Paseo Costanero.
Para quienes prefieren la comida tradicional, frente a la Plaza Mitre se suma Comedor Bartolomé, con foco en la comida casera «con aires nicoleños», según anticipa su propuesta
Para la merienda hay una parada que no puede faltar: La heladería Tronchoni, que desde hace más de 70 años ofrece el mejor chocolate con churros de la ciudad y que está ubicada a metros del Teatro Municipal, uno de los más pintorescos del país.
Con la caída del sol comienzan las opciones para los que quieren una buena cerveza, como por ejemplo la estación Growler, que aparece dentro de un monte de eucaliptos y tiene un patio ideal para disfrutar del atardecer mientras se prueban cervezas de todo el país, que se pueden acompañar con otro distintivo del lugar, sus hamburguesas de cordero.
A la par, La Birreria en su versión nicoleña, que funciona dentro de una antigua casona a metros del paseo costanero, sobresale entre las opciones para compartir cerveza y pizza con amigos.
Para los que prefieren la coctelería, Villa Rocca ofrece tragos de autor en maridaje con platos que son un clásico de la ciudad, en una casa antigua que mantiene su encanto en pleno centro.
Para los amantes de la naturaleza, el Ecoparque San Nicolás se extiende a lo largo de un camino de 6 kilómetros que costea cinco lagunas y el arroyo Yaguarón.
El recorrido incluye un trayecto sobre una pasarela flotante y una zona de juegos con vista a una de las lagunas más grandes, la preferida de centenares de cisnes, garzas y flamencos a lo largo del año.
Durante el recorrido se puede consultar la cartelería que aporta datos sobre la flora y la fauna típica del lugar, mientras revive algunas de las leyendas que conviven sobre estas costas.
El recorrido es ideal para hacer en bici y se pueden alquilar en todos sus tipos: de paseo, mountain bike, BMX, dobles o eléctricas.
Para ello hay que dirigirse a la Estación Descubrí San Nicolás, ubicada en el ingreso al Ecoparque, que es el punto que nuclea servicios e información turística.
Además, desde allí es posible alquilar kayaks, tablas de SUP o botes a pedal, todas opciones entretenidas para disfrutar dentro la laguna, y para los amantes del wakeboard, hay un cable que invita a divertirse a principiantes y avanzados.