El Gobierno anunció una prórroga por un año de las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) correspondientes a la actual campaña de trigo para descomprimir la situación del mercado afectado por la sequía, por lo que no estarán obligados a vender.
Se trata de la Resolución 114 de la Secretaria de Agricultura, en la cual se establecer que las DJVE emitidas con vigencia entre el 1° de diciembre próximo y el 28 de febrero de 2023 tendrán una vigencia de 360 días de manera automática.
Con ello, el Gobierno libera a los productores de cumplir con la obligación de exportar ahora un trigo que ya fue registrado con anticipación a principios de este año, cuando se pensaba que iba a haber una cosecha récord de 22 millones de toneladas.
Según señala Salvador Distéfano en un informe «el Gobierno se equivocó porque le cobró a los exportadores retenciones por 8,8 millones de toneladas de la campaña 2022/23, en el mismo acto le asignó el cupo de exportación».
«La cosecha de trigo según la Bolsa de Comercio de Rosario sería de 16,5 millones de toneladas, nosotros creemos que podría ser algo menos», explicó.
Con la medida, Agricultura espera que el grano que tenía por destino la exportación quede en el mercado interno para evitar que escasee y suban los precios.
Al momento de registrar una DJVE el exportador se compromete a exportar el producto agroindustrial en un plazo determinado en función de un rango de fechas preestablecido por la Secretaría de Agricultura.
La prórroga excepcional concedida por el gobierno para las DJVE de trigo 2022/23 implica, en los hechos, que esos permisos podrán ser usados para los embarques de trigo del ciclo 2023/24, es decir, los cosechados a fines del año que viene.
Según estimaciones privadas, del cupo de 8,8 millones de toneladas registradas para exportar, las cerealeras lograron reunir hasta ahora 5,7 millones.
La resolución también libera a los productores de las multas que tendrían que pagarle al exportador en caso de no poder cumplir con las operaciones pactadas con anterioridad.