Finalmente el Gobierno pondrá en marcha el denominado «Dólar Qatar», de unos $330 al valor actual, por el cual cobrará la cotización más cara de todas a las divisas que se gasten en el exterior, en especial durante el Mundial de Fútbol.
Tras idas y vueltas con los bancos, se aplicará uno de los nuevos tipos de cambio anunciados en las últimas semanas en el marco de medidas para intentar contener la salida de reservas.
En la primera semana de noviembre el Banco Central debió vender unos US$ 250 millones, por lo que de seguir este ritmo terminará el penúltimo mes del año con una salida de divisas de US$ 1.000 millones.
La resolución de la AFIP fue oficializada el 13 de octubre último pero recién estará operativa en los próximos días tras ajustar el funcionamiento del nuevo esquema.
Para desalentar los gastos con tarjetas de débito y crédito en dólares, el Ministerio de Economía sumó una percepción adicional a cuenta de Bienes Personales del 25% sobre el dólar oficial ($158,28), además de la retención preexistente del 30% del impuesto PAIS y el 45% a cuenta del impuesto a las Ganancias.
Así, los consumos a partir de los US$ 300 mensuales se pagarán a $329, la cotización más alta hasta ahora, por encima del MEP y contado con liqui (CCL).
Poner en marcha el nuevo tipo de cambio incluyó la confección de un padrón de contribuyentes a partir de las CUIT para analizar los consumos en moneda extranjera e identificar a los sujetos susceptibles de sufrir la percepción del 25% mediante el intercambio de información semanal.
Los bancos están trabajando contra reloj para que los sistemas estén listos lo antes posible y esperan que esté operativo esta semana, dijo el titular de la asociación de bancos extranjeros (ABA), Claudio Cesario.
Las entidades financieras también respaldaron el nuevo tipo de cambio para que turistas del exterior liquiden sus gastos con tarjeta en el mercado financiero local al valor del dólar bolsa (MEP), que cotiza en $ 290,97.
La medida busca evitar que los extranjeros sigan yendo al blue y usen billetes informales para sus consumos, una situación que quedó reflejada en redes sociales con el pago de cenas con fajos de dinero.