La Corte Suprema dejó firme la condena a prisión perpetua para un ex policía bonaerense de la Dirección Distrital de Investigaciones (DDI) de Villa Gesell por el homicidio de un soplón al que utilizaban para el armado de causas por narcotráfico.
El máximo tribunal rechazó el último recurso presentado por Ariel Sebastián Pantalone, uno de los policías condenados por el homicidio de Andrés Osvaldo Lezcano, el 2 de enero de 2011 en Valeria del Mar.
Según surge del fallo, Lezcano trabajaba informalmente para la policía haciendo «cortes previos» (ingresaba a una casa a comprar drogas y cuando salía, los policías irrumpían para allanarla y detener a los moradores, tuvieran o no relación con el narcotráfico).
Lezcano fue convocado para una de esas «operaciones» pero, en rigor, se trataba de una trampa que tenía como objetivo asesinarlo simulando un enfrentamiento armado.
La víctima acudió a una casa que previamente le habían indicado los policías y cuando salía recibió cuatro balazos disparados por los uniformados con sus armas reglamentarias. Los policías fingieron que habían sorprendido a Lezcano tras un robo.
Un amigo de Lezcano, quien también trabajaba extraoficialmente para la policía, denunció lo que había ocurrido por temor de su propia seguridad, y así se inició la causa judicial que terminó con la condena a perpetua de dos uniformados, el oficial principal Ariel Sebastián Pantalone y el oficial inspector Diego Palacios.
La condena fue dictada por el tribunal oral número dos de Dolores, confirmada por la Cámara de Casación bonaerense y la Suprema Corte, y ahora también por el máximo tribunal nacional.
Los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti desestimaron por razones formales el último recurso, de «queja», formulado por la defensa de Pantalone, a cargo del abogado Ezequiel Augusto Briceño.