El final de dos décadas de concentración del mercado en el segmento del acarreo de autos por infracciones de tránsito monopolizada por dos firmas ligadas a la política puede terminar abruptamente en los próximos días ante la revelación de la recaudación que embolsan a diario y el pago simbólico que realizan al Gobierno de la Ciudad.
Por Antonio D´Eramo .
Porque sólo puede considerarse como metafórica la cantidad de $55.000 mensuales que abonan las empresas Dakota y BRD, que levantan autos en infracción desde hace más de 20 años con una concesión vencida y con el precio que deben girar a la Ciudad congelado desde 2014, cuando la tasa de acarreo tenía un valor de $350, mientras que hoy, inflación mediante, cuesta más de 6.000 pesos.
El ajuste por inflación fue para los infractores, pero no para las empresas que realizan el acarreo.
NA había reportado, previamente a estas revelaciones, el maltrato a los vehículos generado por los operadores de las grúas que, en un buen día de trabajo, levantan 14 autos por hora hacia las playas de estacionamiento donde son retenidos los automotores o motocicletas.
Además, esta agencia había explicado las afinidades políticas de los directivos de las compañías encargadas del acarreo de los autos y la influencia de conocidos hombres de negocios en la licitación del año en la Ciudad de Buenos Aires, que fue la del estacionamiento medido.
Sin embargo, tanto la oposición política en la Ciudad como el auditor general porteño parecen haber despertado de un largo letargo en esta cuestión, cuando tomaron nota del ridículo cánon que abonan las dos empresas de acarreo.
Por un lado, el bloque de legisladores del Frente de Todos en la Legislatura presentó un proyecto de ley para inhabilitar la utilización de las grúas de las compañías concesionarias Dakota y BRD hasta que la administración de Horacio Rodríguez Larreta no realice una nueva licitación. El propio jefe de Gobierno se comprometió recientemente a resolver en las próximas semanas esta situación, según indicó en declaraciones periodísticas.
Por el otro, el auditor de la Ciudad, Juan Calandri, avaló una investigación periodística que descubrió el irrisorio abono mensual y afirmó públicamente: «Estamos frente a una situación inentendible y confío en que se va a llamar a una nueva licitación en agosto porque este cánon representa lo que paga una persona por un departamento de dos ambientes en la ciudad de Buenos Aires. El valor está congelado desde el año 2014».
Para el legislador porteño por el Frente de Todos Juan Manuel Valdés, «el servicio de grúas en la Ciudad es otro fenomenal negocio del Gobierno de Larreta, las concesiones están vencidas desde hace más de 20 años y se prometen pliegos de licitación que nunca llegan. Es momento de ponerle un punto final a esta situación».
Desde el Gobierno porteño sostienen que no hay ningún negociado y la cuestión se tornó más compleja al judicializarse. Los funcionarios de Larreta rememoraron: «A fines de 2013, la ley N° 4.888 aprobó el pliego para una nueva licitación. En agosto de 2014 se hizo el llamado para la licitación de operación de estacionamiento medido y grúas, que llevaría el sistema a más barrios de la Capital. Pero en septiembre de 2014 se presentó un amparo contra la ley 4.888 y, aunque los procesos licitatorios siguieron, en septiembre de 2015 una cautelar frenó todo».
De allí en más se sucedieron un camino de más cautelares y frenos judiciales, hasta que en noviembre de 2020 se aprobó la ley 6.353/20, que separa los servicios de estacionamiento medido y acarreo.
Pues bien, ése es el formato de negocio adoptado por la ciudad de Buenos Aires para reemplazar el sistema de parquímetros para poder estacionar un vehículo en las calles porteñas por una aplicación que se baja en los teléfonos celulares, desde la cual se abona con tarjeta de débito o crédito por el tiempo exacto que se deje el automóvil. Un sistema que comenzó a regir a partir del miércoles 29 de junio pasado y que comprende cerca de 3.600 espacios tarifados en un polígono que la Secretaría de Transporte de la Ciudad ha delimitado en zonas de los barrios de Balvanera, Recoleta, Retiro, Monserrat y San Cristóbal, en los que se paga por estacionar 45 pesos por hora.
Porque la otra cara de la moneda incluye una licitación vinculada al acarreo de autos por grúa. El 29 de junio comenzó el fin de la era del parquímetro, pero resta ordenar el sistema de grúas que operan con empresas que trabajan con contratos vencidos y recorren la Ciudad desde la época en que el intendente era Carlos Grosso, que en la actualidad se mantiene sumamente activo en la política local.
Por ello, el Gobierno porteño previó dos licitaciones separadas para modernizar el sistema de cobro del estacionamiento medido y se cumplió la primera relacionada con la digitalización de los pagos a través de una App.
Restará que los porteños conozcan cómo funcionarán en el futuro las odiadas grúas que avanzan por la Capital Federal como amos y señores de las calles dejando, en la actualidad, moneditas en las arcas del tesoro de la Ciudad de Buenos Aires.