El aumento de las importaciones de energía y una fuerte desaceleración en las exportaciones, provocaron que en junio la balanza comercial registrara un déficit de US$ 437 millones de dólares, que contrasta con el superávit de US$ 1.536 millones que se había generado el mismo mes del año pasado.
Las cifras oficiales del INDEC le pusieron números a las acciones que en forma aislada se fueron conociendo las últimas semanas y adelantaban el deterioro de las cuentas del sector externo.
Por un lado, la sangría de divisas del Banco Central por pago de importaciones de energía, y por otro la reticencia de los productores a liquidar la cosecha de cereales.
Las importaciones crecieron 43,7% a US$ 8.210 millones, mientras que las exportaciones subieron apenas 7,2% a US$ 7.773 millones. En los meses anteriores las ventas al exterior se incrementaban a un ritmo de 20% mensual.
El aumento de 43,7% en las importaciones se traduce en un alza de US$ 2.425 millones, abarcando todos los usos en estudio. Dentro de ese total $ 1.368 millones corresponden a energía, donde se duplicó el precio de los productos adquiridos, mientras que las cantidades aumentaron un 50%.
Un dato puntual que también resalta del informe del INDEC es que por compras de gas, el intercambio comercial de la Argentina con Bolivia dejó un rojo de US$ 285 millones. En siete meses el déficit ya trepó a US$ 963 millones.
La salida de divisas por la demanda energética es el principal factor de preocupación del gobierno nacional y de Banco Central.
La situación es muy delicada y viene acentuándose los últimos meses.
De hecho cuando se observa el comportamiento de la balanza comercial enero/julio queda a la vista el faltante de divisas ya que el superávit comercial es apenas un tercio del registrado en el mismo período del año pasado: US$ 8.310 contra US$ 2.540.
Por el lado de las exportaciones, el INDEC dio cuenta de un menor ritmo de liquidación de la cosecha.
Las exportaciones en general subieron un magro 7,2% – US$521 millones- como consecuencia de un alza de 13,4% en los precios, mientras que las cantidades retrocedieron 5,6%.
Pero cuando se analiza lo sucedido con el campo, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) crecieron 12,1% todo por «efecto precio» ya que el volumen despachado disminuyó 6,3%.
Igual comportamiento se detectó en «Productos Primarios» que registró un alza de 4,6% a partir de un progreso de 12,4% en los precios y una merma de 7% en las cantidades, según la variación interanual.
Por su parte, las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial (MOI) presentaron un crecimiento de 3,6%, por una suba de 2,8% en los precios y de apenas 0,6% en las cantidades.