El presidente Alberto Fernández pidió enfrentar a «los cultores del odio y la violencia» y llamó a la reflexión de América Latina en respeto de los procesos democráticos.
«Tenemos que ponernos muy duros con los violentos y los cultores del odio. No hay más lugar para seguir sufriendo, es hora de que empecemos a pensar en el futuro», expresó en el marco de la sesión plenaria de la CELAC-Unión Europea en el CCK.
Junto al canciller Santiago Cafiero y al vicepresidenta de la UE, Josep Borrell, el mandatario amplió: «Los cultores del odio tienen mucha facilidad para sembrar su prédica porque en una sociedad desalentada las palabras más violentas surten más efecto que las palabras reflexivas. Por eso, llamo a la reflexión a mi continente».
No es la primera vez que el mandatario hace referencia a los discursos del odio, ya que, en los últimos días, dedicó gran parte de sus declaraciones para abordar el tema.
El pasado lunes, en la inauguración del 39° período de sesiones de la CEPAL, propuso repensar los modos de comunicar e informar.
En sintonía con sus últimos discursos, subrayó: «No quiero que en ningún lado no se respete la democracia, que no se respete el veredicto popular o que se tergiversen los procesos electorales».
El mandatario habló también de la centralidad de trabajar en coordinación con la Unión Europea para el fortalecimiento de América Latina, y denunció la desigualdad mundial que dejó la pandemia.
«Debemos entender que lo que tenemos que hacer es construir puentes, no muros, como dice el Papa Francisco, y entender que todos estamos embarcados en una misma balsa y que nadie se va a salvar solo. Hace falta recuperar la solidaridad como valor central. América Latina es una zona de paz, acá los conflictos los resolvemos conversando», ponderó.
«Es hora de que de una vez por todas unamos fuerzas y no caigamos en los mundos de discursos únicos, respetemos la multilateralidad y crezcamos juntos», enfatizó.
En otro pasaje de su exposición, el jefe de Estado reiteró que la pandemia de Covid 19 dejó al descubierto «la injusticia del mundo» tras argumentar que el acceso inequitativo a las vacunas desnudó la desigualdad a nivel global como así también el aumento de la mortalidad en países subdesarrollados.
Asimismo, expresó: «Creí que todos íbamos a salir mejor de la pandemia porque la enseñanza era muy cruel. Con el correr del tiempo me di cuenta de que no salimos mejores, solo verificamos que los que eran buenos resultaron buenísimos y los que eran malos resultaron malísimos».
En tanto, se manifestó en contra del cambio climático, e insistió en su pedido para que el continente no pague los costos de la crisis.
«Somos grandes promotores de la lucha por restaurar las condiciones climáticas en el mundo, y somos los que menos hicimos por dañar el contexto climático global, pero a la hora de pagar, pagamos como si fuéramos los culpables», manifestó al tiempo que ponderó: «No estamos en la primera línea de los que emiten carbono, aportamos oxígeno con nuestras selvas y bosques. El cambio climático se ve en el Caribe todos los días, y su responsabilidad es cero».
Por su parte, el canciller Santiago Cafiero destacó que el trabajo conjunto entre los países miembros de la CELAC y la UE, y bregó por la paz y el cese de la guerra entre Ucrania y Rusia.
«Desde América Latina y el Caribe proponemos pasar del determinismo bélico al posibilismo armónico. Somos una zona de paz, siempre resolvemos los conflictos bajo el uso de la palabra y la democracia», insistió.
«Queremos instalar una idea que no solo se circunscribe a la guerra en el corazón de Europa sino al acecho a las economías de nuestra región: necesitamos construir nuevas arquitecturas financieras que promuevan el desarrollo económico de nuestra gente. Por eso llamamos al cese de las hostilidades, para parar la guerra, porque la paz es urgente», concluyó Cafiero.