La Corte Suprema de Justicia determinó hoy que sea en la Capital Federal y no en Tucumán donde se investigue al ex gobernador de esa provincia José Alperovich, denunciado por su sobrina por abuso sexual.
Se trata de una decisión de la Corte a partir de la cual será investigado por el juzgado de instrucción 35 y no en Tucumán, donde el ex gobernador pretendía que fuera, y donde su sobrina de 29 años lo apuntó directamente por varios hechos de abusos sexual.
«El recurso extraordinario, cuya denegación motivó esta queja, no se dirige contra una sentencia definitiva o equiparable a tal, por ello, se la desestima», resolvió la Corte a partir del planteo de Alperovich con el patrocinio de los abogados Mariano Cúneo Libarona y Augusto Nicolás Garrido.
El fallo de la Corte lleva la firma de los jueces Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda.
La denunciante era asesora personal del ex gobernador y lo acompañaba incluso a viajes, por eso los hechos que denunció habrían tenido lugar tanto en Tucumán como en la provincia de Buenos Aires.
Esos hechos, tal cual la presentación que hizo inicialmente en la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), habrían sido consumados entre fines de 2017 y mayo de 2019: algunos casos, en el departamento que Alperovich tiene en Puerto Madero.
«No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe», es la carta que ella misma escribió.
«El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él», agregó.
«No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mí. Ya se cansaría de mí, de que no quiera, de que sea ´asexuada´como me llamaba. Pero su fijación no cesaba, durante mucho tiempo quiso más y más seguido, con más ganas, con más fuerza, con más violencia por mi resistencia», relató como parte de la denuncia.
Ahora, la causa está en poder del juzgado 35 y el fiscal Santiago Vismara quienes determinarán si el exgobernador tuvo o no responsabilidad.