La jugosa hamburguesa, uno de los platos fast food más demandados del mundo, no consta que le deba íntegramente su nombre al puerto alemán de Hamburgo, el mayor en actividad comercial del «Viejo Continente» durante el proceso de colonización europea de América.
Por tal circunstancia, muchos ciudadanos rusos se afincaron en la ciudad hanseática y permitieron la expansión del «steak tartare».
Precisamente, fue en el siglo XVII que arribó a Alemania el filete tártaro, acontecimiento que hizo que la ciudad portuaria comenzara a adoptar y reinventar el platillo.
Pero sí, en todo caso, muchas costumbres de la ciudad y de los diferentes países de emigrantes que subían a las embarcaciones para llegar al Nuevo Mundo a partir del siglo XIX aportaron su cuota de inspiración hasta desembocar en el emparedado redondo que se popularizó como hamburguesa.
En la fecha del 28 de mayo convergen muchos hitos fundacionales acaecidos en diferentes épocas para que se celebre el Día Internacional de la Hamburguesa.
Así, en 1900, un inmigrante alemán residente en Estados Unidos, llamado Louis Lassen, preparó en ese día, por primera vez, el bocadillo tal como se le conoce en la actualidad: con pan, lechuga, tomate y queso, y lo sirvió en su restaurante cuando un cliente le pidió algo rápido y rico.
También un día como ese quedó registrado en los anales de las panaderías de Hamburgo, ya que se comenzaron a hacer los característicos panes redondos.
En América Latina, la hamburguesa aparece en los años 30 del siglo XX, cuando restaurantes de élite la incluían dentro de su menú: el Hotel Regis, Chanteclair, Terraza Colonia, Longchamps o el Hollywood Steak House sucumbieron a su aroma y sabor.
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La era Mc.
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Sin embargo, recién en 1955 nace McDonald’s con la apertura del primer restaurante en San Bernardino, California, Estados Unidos, y esa cultura se empieza a desparramar en forma de cadena por el país y el mundo, inclusive con el surgimiento de muchos competidores.
Hasta tuvo su momento de esplendor cuando en 2017 el chef holandés, Diego Buik, creó la hamburguesa más cara del mundo valorada en 2,300 euros, que preparó con carne de vaca japonesa Wagyu, langosta Oosterschelde infusionada con ginebra Hermit Dutch Coastal, trufas blancas y queso Remeker.
A partir del auge del veganismo, la carne dejó de ser el insumo crítico de la hamburguesa, ya que las hay de soja, de lentejas, quinoa, etcétera, con sabores que no hacen extrañar para nada el del animal muerto.
Este cumpleaños no se sabe qué número toca un viernes, justo el día de la semana predilecto para los pedidos de burgers, seguido del sábado y del domingo.
Una reciente encuesta sobre la frecuencia de consumo muestra que más de la mitad de los compulsados (52%) indicó que compra 1 vez por semana y un 23% se da ese gusto cada 15 días.
Su impacto en la cultura pop, como marca global, es de tal magnitud que ha sido uno de los elementos principales en películas, series animadas de televisión y hasta obras de arte como las de Andy Warhol.
Esto, sin olvidar que Los Simpson hicieron famosa a la Krusty Burger, la cual inspiró una reciente colección de Adidas.
La pandemia hizo que durante el 2020 en Argentina los pedidos de hamburguesas aumentaran casi 650% respecto del año anterior.
La presencia de McDonald’s en todos los rincones del mundo, a través de más de 36.000 establecimientos de 118 territorios y países, la convierten en símbolo de globalización y hasta el Big Mac representa, por tal, una unidad monetaria, por combinar precios internos y paridad cambiaria para poder establecer comparaciones.
Argentina se encuentra quinta en el ránking internacional, según el «índice Big Mac» que elaboró el diario británico The Economist sobre la base de los precios de la famosa hamburguesa desarrollada de la marca, que analiza a cuánto debería estar el dólar en cada nación.
Según esta medición, el precio local del combo tenía un valor de $320 a fines de diciembre, lo que equivalía a una cotización USD3,7 por hamburguesa.