El economista Emmanuel Álvarez Agis advirtió hoy sobre las consecuencias negativas de la publicidad de las discusiones internas de la coalición gobernante y dijo que «la incertidumbre» que provocó «es mayor» que la que generó el Gobierno con sus actos.
Álvarez Agis sostuvo que el «punto central» de la economía argentina en la actualidad es favorecer las inversiones productivas y desalentar las especulativas, para lo que reclamó la adopción de un plan «compartido a los dos lados de la grieta» que trascienda la identidad política de los sucesivos gobiernos.
En una exposición en el marco del 38° Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), el director de la consultora PXQ difirió de la postura de postergar las negociaciones para arribar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sostuvo que un entendimiento rápido sería «más una oportunidad que una amenaza para el Gobierno».
«Cuanto más te alejés de la pandemia, es más probable que el FMI vuelva a ser el de siempre. Si lo agarrás en medio de la segunda ola, podés encontrar un Fondo que no cambió pero, al menos, reflexionó sobre el error de haber pedido un ajuste fiscal y una flotación libre en marzo de 2018», sostuvo.
Álvarez Agis fue viceministro de Economía de Axel Kicillof en la segunda Presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y prefirió evitar comparaciones con la actual administración por entender que «un gobierno de coalición es diferente».
Al respecto, advirtió sobre las consecuencias negativas de la publicidad de las discrepancias dentro del Frente de Todos y puntualizó que «la incertidumbre que el Gobierno dio con sus discusiones internas es mucho mayor que la que generó con sus actos».
«Yo preferiría no enterarme de las discusiones internas (del Gobierno) y mucho más que el mundo no se entere», subrayó.
Más allá de la pandemia e incluso dando por supuesto su finalización, el economista indicó que el principal desafío o «el punto central del cambio de expectativas» para la Argentina pasa por «darse una agenda de normalización de su cuenta de capital», en alusión a los inconvenientes de las empresas en remitir utilidades y, al mismo tiempo, los problemas del Gobierno en lo que atañe al tipo de cambio.
«Un inversor que analiza alguno de los sectores que tienen ventajas comprueba que con este nivel de cerrazón hoy no puede remitir utilidades, pero esa cerrazón es una reacción a una cuestión de deuda», indicó.
Álvarez Agis consideró al respecto que el tema es «como el del huevo y la gallina» ya que «el Gobierno dice que no puede flexibilizar el cepo, pero del otro lado dicen que no invierten porque no se flexibiliza el control de cambios».
Por tal razón, reclamó la normalización de la cuenta capital «no como una opción posible, sino como la única opción», aunque rechazó una adecuación abrupta por «si se hace en diez segundos, esto termina mal», como ocurrió en diciembre de 2015.
Para eso, sostuvo que el país debe establecer «una legislación expulsiva» para los capitales especulativos de corto plazo pero a su vez «atractiva para el largo plazo».
«Hoy no le conviene a nadie que la Argentina libere el cepo, estaríamos todos peor» aseguró. «Pero al mediano plazo me gusta una economía más relajada para inversiones de economía real y menos para las financieras», completó.
Esas medidas, indicó, chocan con el inconveniente del «problema de credibilidad» del país que «trasciende la grieta».
Para salir de esa situación, Álvarez Agis reclamó la presentación de «un programa macroeconómico, en medio de la negociación con el FMI, que tiene que ser compartido a los dos lados de la grieta».
«Después hay que cumplir con ese programa, que es lo que más nos ha costado», reconoció.
Álvarez Agis rechazó la adopción de un programa de «shock» por entender que «no va a ser soportado en los social y en lo político» y que ante un eventual cambio de orientación política «el que venga después va a querer desarmarlo».
En ese sentido, precisó que «lo fiscal es la consecuencia y no la causa de nuestros problemas».