El presidente Alberto Fernández remarcó que seguirá trabajando por «la unidad» de los argentinos porque «no es tiempo de debates estériles» y aseguró que la vacuna contra el coronavirus «es la puerta de entrada a la vida que extrañamos».
«Voy a trabajar incansablemente para que la salud de cada argentino y cada argentina fue preservada. Voy a trabajar para construir un país federal donde el norte no sea olvidado y no haya una Argentina central y otra periférica. Voy a trabajar con los 24 gobernadores, porque es lo que el país reclama. Voy a trabajar para que rápidamente nos vacunemos todos y cada argentino deje de vivir con el miedo de que un virus complique su salud o termine su vida», expresó el primer mandatario.
Y agregó: «Voy a trabajar una y otra vez por la unidad entre nosotros: no es tiempo de disputas, ni de pender tiempo en debates estériles, sino de unir esfuerzos y construir el país que nos debemos».
El jefe de Estado encabezó el homenaje al general Güemes en el bicentenario de su muerte, en la Provincia de Salta, acompañado por funcionarios del Gobierno Nacional, miembros de las Fuerzas Armadas y los gobernadores de las provincias del Norte.
El Presidente manifestó sentir «una gran admiración» por Güemes: «Murió luchando junto a su pueblo, pidiéndoles que no cedan, rechazando el chantaje de quienes lo habían mandado a matar».
«Los argentinos tardaron mucho en reconocerle lo que fue.
Fue el general de los gauchos, construyó una fuerza popular con su pueblo. Su vida, cuando uno la revisa, fue injustamente corta pero inmensamente rica. Era muy joven cuando los ingleses intentaron invadir Buenos Aires, y Güemes estuvo allí», señaló Fernández.
En tanto, dijo que «Güemes peleó contra la muerte durante 10 días» y «cuando vio que la fuerza se le acababa, ante la proximidad de la muerte, lo llamó a Vidt, su segundo, y le pidió que le juraran que iban a seguir luchando como habían luchado junto a él».
«Güemes es una muestra de entereza incorruptible. Nunca cedió a los chantajes, ni siquiera cuando la parca se acercaba. Su trabajo no solamente fue garantizar la independencia argentina: fue trascendental para todo América del Sur», subrayó, en tanto señaló que «murió acompañado por su pueblo, llorado por los hombres y mujeres que lo habían acompañado» y «sufrió el menosprecio de ciertos sectores que definitivamente lo maltrataron y le quitaron el apoyo que necesitaba».
«Se tardaron muchos años en reconocerle la condición de prócer que hoy le reconocemos. Los próceres son los que fueron capaces de construir esta patria: los que la fundaron, dieron su vida y dejaron todo para que seamos libres», indicó.
Y agregó: «Esos fueron hombres que dejaron enseñanzas que perduran en el tiempo y trascendieron sus vidas. Esas enseñanzas son las que en momentos como estos, tan tremendos y horribles, donde la enfermedad y la muerte nos acechan, es donde la templanza debe recomponerse recordando lo que los patriotas hicieron».
Por último, consideró que «hacer patria es ser generoso con el prójimo, es ejercer la solidaridad, entender que nadie se salva solo, que todos necesitamos del otro».
«Ser patriota es defender nuestra tierra y entender que cuando no estamos unidos, sólo el malestar, la pena y la angustia nos terminan ganando. Hay una patria más grande, que es la de América Latina, que debemos construir día a día entre todos», manifestó.
Y concluyó: «Unamos fuerzas, tenemos un futuro por delante.
La vacuna es la puerta de entrada a la vida que extrañamos.
¡Viva Güemes, viva Salta y viva la Patria!».