La Argentina podría contar con más recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) además de los US$ 4.343 millones por Derechos Especiales de Giro (DEGs) que recibirá el 23 de agosto, si se resuelve la posible reasignación de recursos de los países desarrollados, pero ese beneficio estaría condicionado a la negociación de un programa especial con el organismo.
La relación entre el monto adeudado por la Argentina al FMI y el de los DEGs que le corresponde por la distribución aprobada por el organismo es del 1.001% (US$ 4.343 millones sobre US$ 45.432 millones), la más abultada entre todos los países asociados.
Pero más allá de esa asignación en base a la cuota del 0,67% que tiene la Argentina en el Fondo, queda pendiente la resolución de una posible reasignación de recursos destinados a los países desarrollados, que si bien son los que más dólares recibirán por su participación societaria, al mismo tiempo son los que menos los necesitan por su situación financiera.
Para la reasignación de esos recursos, el FMI tiene en estudio dos opciones para que los países desarrollados puedan utilizar parte de los DEGs asignados contablemente para asistir voluntariamente a los países de menores ingresos, o bien de ingresos bajos y medios.
De acuerdo con el análisis de la consultora Quantum, la primera de esas opciones se enmarca en el Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (PRGT por sus iniciales en inglés).
En este caso, los países elegibles son 69 y la Argentina no se encuentra entre ellos. Estos países, principalmente de África, recibieron préstamos por US$ 9.800 millones y podrían recibir mayor asistencia en 2021 si se aprueba esa iniciativa.
La otra opción es la que podría aprovechar la Argentina: el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (RST por sus iniciales en inglés).
Esta iniciativa estaría pensada para países de ingresos bajos y medios que enfrenten problemas asociados a la salud o al cambio climático y que no reúnan las características para recibir ayuda a través de la línea PRGT.
En este caso, Quantum precisó que «los países que poseen DEGs en exceso podrían prestarlos, o inclusive donarlos, en forma directa a países con dificultades financieras».
Asimismo, «existe la posibilidad de prestarlos en paralelo – con RST o sin RST- al financiamiento directo otorgado por el FMI (parallel financing), lo cual funcionaría como un complemento de los mecanismos habituales de asistencia y que podría desembolsarse o reembolsarse en conjunto con la asistencia directa que hiciera el FMI», destacó la entidad dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx.
De cara a los vencimientos por unos US$ 20.000 millones que la Argentina tiene con el Fondo en 2022, Quantum indicó que con el nuevo mecanismo, «podría ocurrir que el FMI decida desembolsar la mitad y que la otra mitad provenga de la línea RST con algún país/países».
«Es decir, se reemplazaría el acreedor, pero probablemente no tendría mayores implicancias sobre requerimientos y flujos financieros» y además, «en términos de riesgos, este mecanismo le permitiría al FMI reducir su exposición a riesgo argentino».
De cualquier manera, la consultora reconoció que «aún resta por definirse si la línea RST exigirá algún requisito adicional o si se reemplazarán por otros condicionantes de desembolsos» y que «probablemente se requerirá la negociación de un programa con el FMI» para su aprobación y ejecución.
La Argentina es el principal deudor del FMI a raíz del crédito aprobado en junio de 2018 y es el único país cuyos compromisos con el organismo más que decuplican la asignación de DEGs que se desembolsará en pocos días.
Al respecto, el 1.001% de la Argentina supera al 699% que representa para Egipto (segundo país deudor del FMI), el 619% de Ecuador, el 350% de Ucrania y el 255% de Pakistán.