La desaceleración de la inflación es «temporal», dado que el Gobierno «va a tener que empezar a devaluar más rápido y eso se va a terminar viendo en los precios», en un contexto en el que los salarios ya vienen «golpeados por tres años de crisis», advirtieron hoy economistas.
«Hay dos períodos: de acá a la elección, con una inflación que se ubica en 2,5%, 3% mensual y después una suba», analizó el economista jefe de FIEL, Daniel Artana.
En ese sentido, subrayó: «El Gobierno ha tomado decisiones que ayudan a bajar la tasa de inflación en el corto plazo, fundamentalmente el congelamiento de tarifas y, lo más importante, que está devaluando alrededor del 1% por mes».
«El problema es que eso no es consistente con otras decisiones que está tomando», remarcó Artana y alertó que «es la inconsistencia de hoy lo que genera el problema después».
En declaraciones radiales, el economista indicó que la administración de Alberto Fernández «va a tener que empezar a devaluar más rápido y eso se va a terminar viendo en los precios».
«Veo una reducción temporal en la tasa de inflación y después una aceleración, que esperamos también que sea temporal», insistió.
Además, se refirió a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI): «Después de la elección, el Gobierno tiene un período de alrededor de tres meses para llegar a un acuerdo porque si bien tiene los dólares para pagar el vencimiento de septiembre y diciembre, ya en marzo los vencimientos semestrales empiezan a subir a algo más de 4 mil millones de dólares».
«Esa plata no la tiene disponible y la forma de pagar eso es conseguir un acuerdo nuevo», argumentó.
Por su parte, el economista jefe de Ieral-Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, evaluó que «los salarios están por detrás de esa inflación».
«Los ingresos vienen muy golpeados por tres años de crisis y una inflación alta», remarcó en diálogo con Radio Colonia.
Además, se refirió particularmente a la suba de la carne y sostuvo que, entre los factores que la impulsan, se debe tener en cuenta que «están aumentando todos los precios de la economía».
«Lo que sucedió es que la producción de carne fue insuficiente para abastecer a dos mercados: el nuestro y el de exportación. Un mercado de exportación que sigue bastante firme a nivel mundial», consideró.
Sostuvo que «cuando hay más clientes que volumen de carne producida, eso presiona los precios, pero la pregunta es qué haces en esa situación».
«La política se guía por efectos de corto plazo», apuntó Garzón, quien pronosticó: «Si se castiga la producción hoy, se sabe que mañana va a haber un problema».