Al menos una persona murió y otras 15 resultaron heridas por la explosión en una toma clandestina de un ducto de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) en el central estado mexicano de Puebla, informaron las autoridades locales.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lamentó en su cuenta de Twitter el incidente, pero aseguró que Pemex tiene el control del incendio, reportado desde las primeras horas del día.
«Desde las 2:30 (horas) de hoy (domingo) están movilizados 1.396 elementos de todas las corporaciones de protección civil», explicó el mandatario mexicano.
En una conferencia de prensa, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, explicó que el accidente se produjo tras una explosión en una toma clandestina para extraer gas licuado de petróleo (LP) en el poblado de San Pablo Xochimehuacán, al norte de la capital estatal, y con límites en el vecino Tlaxcala.
Algunos de los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos tras la explosión, que también provocó daños en más de 50 inmuebles del poblado, de acuerdo con el recuento preliminar de las autoridades.
Desde el comienzo de su administración, en diciembre de 2018, López Obrador encabezó una cruzada para combatir el robo de combustibles en los ductos de Pemex, conocido también como «huachicol», debido a la alta incidencia del ilícito.
En enero de 2019, una explosión en una toma clandestina en el poblado de Tlahuelilpan, en el estado mexicano de Hidalgo (centro), dejó un saldo de 137 muertos, en una de las tragedias más graves relacionadas con la delincuencia por robo de combustibles.