Un grupo de científicos argentinos inició una colecta virtual para poder financiar la excavación de una particular tumba egipcia de 3.500 años de antigüedad.
Liderado por la profesora de Historia Andrea Zingarelli, el Proyecto Amenmose se propone la conservación y estudio de la tumba de Amenmose, un artesano y cantero que se destacó durante el denominado Reino Nuevo. «En esa época las tumbas dejaron de ubicarse en pirámides y, en cambio, se empezaron a cavar en la roca del valle», explicó la directora de la iniciativa arqueológica. Este histórico lugar se encuentra en Sheikh Abd el- Qurna, tan sólo cinco kilómetros al oeste de la ciudad de Luxor, Río Nilo mediante.
A 60 años del nacimiento de la egiptología en la Argentina, cuando Abraham Rosenvasser formó parte de una misión francoargentina junto a Jean Vercoutter ante el llamado de la UNESCO para que se conservaran distinto monumentos egipcios que estaban en riesgo por las aguas del embalse de la nueva represa de Asuán, el grupo de científicos de distintas disciplinas aspira a seguir avanzando en el estudio de la tumba de Amenmose.
Tras dos primeras campañas realizadas en 2020 y comienzos de este año, la veintena de especialistas -en su mayoría mujeres- lanzó una campaña de financiamiento para poder encarar una etapa crucial de la investigación: la excavación de la entrada original a la tumba.
«Para poder liberar la entrada original, que quedó tapada por sedimentos, tenemos que excavar unos cuatro o cinco metros. Por el momento, ingresamos a la tumba a través de un pequeño boquete de 50×37 centímetros por una tumba vecina. Suponemos que el hueco fue hecho por saqueadores de tumbas entre el siglo XIX y el XX», explicó la directora del Proyecto Amenmose.
En diálogo con NA, Zingarelli, marplatense de nacimiento y platense por adopción, detalló que el objetivo de la iniciativa arqueológica es «restaurar y estudiar en profundidad» el lugar y sus destacadas pinturas y relieves, que tienen más de 3.500 años de antigüedad.
Anteriormente, en la década de 1980 un grupo de científicos japoneses había realizado una investigación superficial de este monumento y sus conclusiones sólo fueron publicadas en el idioma nipón.
Gracias a las dos primeras campañas de este grupo de argentinos, «los textos de las paredes de la tumba están casi todos traducidos», destacó la profesora de Historia devenida en egiptóloga.
Los científicos que integran el Proyecto Amenmose pertenecen a distintas universidades nacionales como las de Córdoba, Tucumán, Buenos Aires y La Plata.
Esta tumba en particular fue elegida como objeto de estudio por la «posibilidad de concreción» de los fines de la investigación, ya que no es un lugar muy grande y cuenta con la ventaja de que se encuentra muy cerca de Luxor, una de los principales destinos turísticos del país de las pirámides: antiguamente allí estaba Tebas, entonces capital imperial. «Es una tumba pequeña, lo que implica un trabajo de unos diez años. Luxor es bastante más amable para trabajar, porque es muy turístico y eso te da facilidades», señaló Zingarelli, conocida como la «Indiana Jones argentina».
El lugar de descanso de Amenmose «tiene un potencial enorme, porque está totalmente decorada y eso tiene mucha información sobre la época», agregó la mujer, de 56 años.
Además de estudiarla, la comitiva argentina también buscará preservarla para el futuro: «Hubo muchas intervenciones, caras rayadas, destruidas. Hubo gente viviendo, haciendo fuego. Incluso había ganado. Hasta 2008 vivió población en esta zona».
Hasta el momento, los investigadores se vieron sorprendidos por unas pinturas que muestran escenas de banquetes y una del propio Amenmose inspeccionando las tareas de trabajadores agrícolas, algo a lo que no se dedicaba. Uno de los próximos objetivos, tras la liberación del ingreso principal, es determinar si todavía están los restos del destacado cantero: «Probablemente esté ahí la tumba de Amenmose, pero para eso tenemos que excavar la entrada original».
Pero para poder concretar la tercera campaña y excavar la entrada original, algo que prevén hacer entre fines de 2022 y principios de 2023, los científicos argentinos necesitan financiamiento y para ello lanzaron una colecta virtual. «No es un proyecto demasiado caro. Lo más costoso son los pasajes y la mayoría los pagamos nosotros. La primera campaña la hicimos con 5 mil dólares y la segunda, con 3 mil. Ahora, como hay que excavar, necesitamos unos 10 mil dólares», detalló la docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Para poder aportar a la iniciativa de este grupo de científicos se puede donar dinero a través de la app Cafecito ( https://cafecito.app/proyectoamenmose ) o mediante transferencia bancaria ( Asociación Civil Amenmose Egipto: CBU 0110030340003025710680 – Alias EGIPTO.TUMBA.318 ).
Además del trabajo en el desierto egipcio, los miembros del Proyecto Amenmose difunden sus conocimientos en escuelas: «Queremos que ésto salga del ámbito académico y que haya transmisión del conocimiento», remarcó Zingarelli.