En sintonía con varias voces del kirchnerismo, del movimiento obrero y de los movimientos sociales, el secretario general de Camioneros y referente de la CGT Pablo Moyano aseguró hoy que al Gobierno «le falta» tomar medidas para «enfrentar a los poderosos».
«El Gobierno no reacciona, no toma medidas y, cuando las toma, no son suficientemente fuertes como para que estos tipos dejen la especulación e inviertan en nuestro país», reprochó el influyente hijo de Hugo Moyano.
Y siguió: «Son las medidas que le faltan al Gobierno: enfrentar a los poderosos. Por eso como militante te da bronca que no se toman esas medidas contra esos sectores».
El dirigente sindical reveló que se puso en contacto tanto con el presidente Alberto Fernández, como con la vicepresidenta Cristina Kirchner y con el diputado nacional Máximo Kirchner, a quienes les presentó la propuesta de colocar balanzas que pesen los granos en el puerto de Rosario, desde donde salen las mercaderías del agro para exportación.
Al respecto, Moyano sostuvo que el 40% de esa mercadería no se declara y se comercializa «en negro», por lo que cuestionó a las grandes empresas acopiadoras y exportadoras.
«Ellas mismas se pesan. Si el Gobierno quiere recaudar dinero, que el Estado ponga la balanza para controlar lo que estos tipos exportan», insistió.
Sobre el complejo agroexportador, consideró que «ganó y va a ganar siempre», por lo que reclamó «pelear» contra ese sector.
«Veíamos la cantidad de acopio que hay de granos, los tipos están especulando para vender», lamentó Moyano.
Más allá de su tono crítico hacia el Poder Ejecutivo por la falta de acciones concretar para «enfrentar a los poderosos», también reconoció que desde esos sectores «quieren voltear al Gobierno».
«Hay que hablar claro. Quieren voltear al Gobierno, volver al poder para seguir adelante con una política en contra del pueblo argentino: reforma laboral, previsional, todo lo que le quite derechos a los trabajadores», aseveró el gremialista.
En declaraciones radiales, apuntó contra «Clarín, La Nación, la Justicia, Bunge y Born, el campo y la Asociación Empresaria Argentina (AEA)».
De todas esas compañías aseguró que pretenden «seguir llevándosela en pala afuera», y sobre la AEA fue aún más lejos al acusarla directamente de ser una «cueva de bandidos» responsable de la «remarcación permanente de los precios» de la economía.