De cara al funeral de la Reina Isabel II del Reino Unido, el Gobierno confirmó que el representante argentino será el embajador en Londres, Javier Figueroa, tal como sucedió en anteriores ocasiones cuando fueron diplomáticos los designados para despedir a los monarcas de la Realeza británica.
En el último siglo se produjeron dos fallecimientos de reyes del Reino Unido: Jorge V, el 20 de enero de 1936; y Jorge VI, el 6 de febrero de 1952. En esos años, el Gobierno argentino estaba ocupado por Agustín Pedro Justo y Juan Domingo Perón, respectivamente.
Una vez que la noticia de la muerte del primero de los monarcas mencionados llegó a estas tierras, el entonces presidente de facto dictó un «decreto de honores», que estableció que la bandera permanecería «izada a media asta los días 22, 23 y 25 de enero en todo los edificios públicos, fortalezas, buques de guerra, etc», según da la portada del diario santafesino El Orden del 22 de enero de 1936. Además, Justo envió un mensaje tanto al flamante Rey Eduardo VIII, como a la Reina Madre.
Por su parte, el entonces canciller, Carlos Saavedra Lamas, se acercó hasta la Embajada británica en Buenos Aires para firmar el libro de condolencias y expresar el pésame en nombre del Gobierno.
Días después, el Poder Ejecutivo ordenó que el embajador argentino en París, Tomás Le Bretón, fuera el encargado de representar a la Argentina en el funeral de Jorge V, ya que el hombre a cargo de la sede diplomática en Londres, Manuel Malbrán, se encontraba en Buenos Aires «en uso de licencia».
En tanto, dieciséis años más tarde, con la muerte de Jorge VI el Gobierno peronista también decidió que la Argentina estuviera representada por un embajador: en esta ocasión, el encargado de la sede diplomática en Londres, Carlos Hogan, sí se encontraba en funciones, por lo que fue destinado a asistir a las ceremonias de despedida del monarca, padre de la Reina Isabel II.
«El embajador de la Argentina en Londres, Carlos Hogan, fue presentado a Isabel II en el Palacio de Buckingham en su calidad de enviado extraordinario del presidente Perón que revestirá en los funerales de Jorge VI», rezaba un cable de la Agence France- Presse (AFP) publicado en la tapa del diario Clarín en la edición del 15 de febrero de 1952.
Junto al embajador se encontraba en aquella ocasión el ministro
consejero de la sede diplomática, Carlos Leguizamón.
Para el funeral del monarca, entre la inmensa cantidad de flores que había se encontraban las coronas acercadas por la Argentina: una en nombre de Perón; otra del canciller, Jerónimo Remorino; y la tercera del embajador Hogan.