Doce obras del arquitecto Francisco Salamone comenzaron a ser restauradas en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, de las cuales una ya se encuentra finalizada, otras dos están en ejecución, cuatro por iniciar la obra, tres en proceso administrativo y dos aún en evaluación.
El proyecto de restauración y puesta en valor de las obras distribuidas en diferentes ciudades bonaerenses y cordobesas, contempla el tratamiento de humedades y filtraciones en los muros y cubiertas, la reparación de grietas y fisuras en los revoques originales de las fachadas, y la conservación y restauración de las aberturas.
La obra finalizada es la Plaza Centenario en la ciudad cordobesa de Villa María, diseñada por el prestigioso arquitecto e inaugurada en 1935.
Las obras en ejecución son la Rambla y Plaza Juan Pascual Pringles, de la ciudad bonaerense de Pringles; y el Palacio Municipal de Pellegrini, de la localidad bonaerense de Pellegrini.
En tanto, las obras que se iniciarán el próximo mes serán el Palacio Municipal de la ciudad de Adolfo González Chaves; el Cementerio Municipal de Azul; la Plaza Libertad, de Balcarce; y el Palacio Municipal de la ciudad de Rauch.
Otras de las obras del arquitecto ítalo argentino, y que se encuentran aprobados los proyectos, pero en circuito administrativo, son el Palacio Municipal de la ciudad bonaerense de Adolfo Alsina; el Eje Cívico-monumental Salamone, en la Plaza Gral. Arias y Palacio Municipal), en la localidad de Alberti; y el Portal del Cementerio de Saldungaray, de Tornquist.
Mientras que los proyectos que se encuentran en evaluación son el Matadero Municipal de Guaminí; y el Palacio Municipal de Las Varillas, Córdoba.
Según se informó de manera oficial, el proceso para el financiamiento del proyecto de restauración de las obras se estructura de la siguiente manera: el municipio presenta el proyecto en la plataforma del Ministerio de Obras Públicas y su evaluación técnica y económica es realizada por la Dirección Nacional de Arquitectura (DNA).
Una vez aprobado técnica y económicamente, el municipio licita las obras, y cuando las mismas han sido adjudicadas el proyecto es tomado por la Dirección Nacional de Gestión de Obras (DNGO) que tiene a cargo la supervisión de la ejecución.