El esperado «rebote» de la economía luego de la caída del 9,9% en 2020 podría ser menor al previsto por el restablecimiento de varias restricciones a la actividad, la aceleración de la inflación más allá de lo pautado en el Presupuesto y una caída de la inversión, de acuerdo con la visión de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
La conclusión forma parte del último informe mensual de la entidad y a su vez fue reseñada por su presidente, Mario Natalio Grinman, en la reciente asamblea ordinaria en la que se realizó la renovación parcial de autoridades.
«La situación no es fácil y nada hace prever que lo sea en el corto plazo», señaló Grinman, quien advirtió que «muchos imaginábamos que esta pandemia a esta altura del año iba a estar más controlada, pero eso no ha sucedido».
El titular de la cámara reconoció la preocupación del sector, «porque ello lleva a restricciones y eso representa una caída en la economía. Y todos sabemos lo que significa pagar los sueldos, a los proveedores, los impuestos».
Grinman alternó elogios al Gobierno por la asistencia al comercio durante la pandemia con críticas a las tendencias por instaurar lo que denominó «un Estado súper controlador».
«Es casi imposible pedirle más al Gobierno, porque no tiene herramientas», admitió.
«No tiene a la Reserva Federal que puede imprimir 2,3 billones de dólares sin problemas, sino que tiene una moneda en la que pocos confían», dijo.
Pero por otro lado, indicó: «Somos conscientes de que algunas medidas del Gobierno no son razonables, porque ya fracasaron en el pasado», en referencia a los controles de precios y mecanismos de restricción a las exportaciones.
En ese sentido, Grinman señaló que «los controles son razonables en cierta medida, pero cuando son excesivos tenemos un Estado súper controlador que no funciona».
«No debemos tener un estado laxo, pero tampoco es bueno irse al otro extremo», reflexionó, al tiempo que remató su alocución con una frase de Gilbert K. Chesterton: «Una sociedad está en decadencia cuando el sentido común se vuelve poco común».
En consonancia con el mensaje de Grinman en la asamblea ordinaria, el Departamento de Economía de la CAC estimó que el rebote económico, que por cuestiones de arrastre estadístico algunos consultores llegaron a prever en un 8%, «podría ser menor de no lograr aumentarse el ritmo de vacunación por nuevas restricciones».
Pero aparte de las demoras en el plan de vacunación, el equipo encabezado por Matías Bolis Wilson consideró que «existen otros factores que pueden agravar dicha situación y no tienen poca probabilidad de ocurrencia».
Entre esos factores, la CAC mencionó «una aceleración inflacionaria» y alertó al respecto que «parte de la suba de precios mayoristas no se trasladó aún a precios minoristas» y que el Banco Central «en marzo volvió a financiar al Tesoro y encender las alarmas por nueva emisión monetaria».
«Las Leliq junto con los pases pasivos representan más del 130% de la base monetaria y el BCRA –pese a tener un saldo positivo en cuanto a compra de divisas en los últimos cuatro meses– no ha logrado casi aumentar sus reservas», advirtió.
Por otra parte, «si las exportaciones no logran superar en ritmo de crecimiento a las importaciones, la escasez de divisas podría presionar aún más sobre las divisas y el tipo de cambio, impactando negativamente sobre la actividad económica», sostuvo la entidad.
Asimismo, la CAC precisó que la IED (Inversión Extranjera Directa) está en baja y que «la inversión privada local no logra encontrar señales que ayuden a disminuir la incertidumbre, por lo cual su crecimiento en el primer trimestre se estima bajo», más allá de que en la comparación interanual ayuda la baja base que representa el inicio de la cuarentena.
«Por todo esto, la situación a corto plazo es de una mejora moderada y con muchos interrogantes a futuro», manifestó la CAC.