El presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Mario Grinman, aseguró hoy que, en medio de la crisis por la pandemia, el sector ve «con mucha preocupación el presente y con más preocupación el futuro», mientras criticó el «sesgo antiempresario» que tiene el país.
«Vemos con mucha preocupación el presente y con más preocupación el futuro», sostuvo y consideró: «La pandemia nos ha tocado en un momento de gran vulnerabilidad».
«Veníamos de dos años de recesión y ocho de estancamiento, es decir, de diez años muy malos para el sector», puntualizó.
«El año pasado la Argentina tuvo que emitir y está bien que lo haya hecho porque necesitaba los fondos. Además, con esas emisiones ayudaron a los sectores desprotegidos, incluyendo a muchas pymes argentinas, pero sabemos que son herramientas limitadas», señaló.
Al analizar la actualidad de los diversos segmentos en medio de la crisis económica, evaluó que «los supermercadistas no están tan mal como otros sectores, pero tampoco están en el mejor de los mundos».
«En abril y un poquito de mayo del año pasado anduvieron bien porque todos estábamos asustados y comprábamos de más, pero cuando nos dimos cuenta de que no era para tanto, volvimos a la normalidad, pero a la normalidad que teníamos antes de la pandemia, en la que ya veníamos mal», indicó.
En ese escenario, remarcó que «a casi todos» los sectores les va mal ante la llegada del coronavirus, aunque aclaró que «al que nunca le va mal es al sector financiero porque «nunca pierde».
Grinman argumentó que ello se debe al «sistema argentino, que privilegia la intermediación financiera a otro tipo de productividad».
Alertó que le va «muy mal» al sector gastronómico y hotelero porque «dependen en gran parte del turismo extranjero y ese turismo extranjero no sólo se cortó, sino que no se sabe cuándo va a regresar».
«Tiene que haber cerrado cerca del 40 por ciento de los establecimientos en la Argentina y es una tremenda preocupación», enfatizó.
El titular de la cámara se refirió a los «problemas estructurales» del país y analizó que «la única solución real es un aumento significativo de las exportaciones para que entren los dólares genuinos que se necesitan».
«Es un país con un sesgo antiempresario bastante importante.
No quieren entender que para luchar contra la pobreza, hay que generar riqueza y el único sector que puede generar riqueza es el sector privado, no el público», fustigó.
Resaltó de ese modo que se debe «incentivar a los empresarios honestos a que creen nuevas empresas y puestos de trabajo».
«La Argentina por lo menos necesita triplicar sus exportaciones», estimó y advirtió sobre «un déficit tremendo».
Para Grinman, «hay que bajar retenciones, impuestos y salir a buscar mercados al mundo».
En declaraciones radiales, manifestó que la Argentina «es un país con una enorme riqueza, pero si esa riqueza no se la trabaja, no se la produce, no sirve de nada».