Diferentes economistas tomaron con preocupación el dato oficial de la inflación de 3,2% en junio, que si bien marcó una desaceleración respecto de los meses previos, sigue siendo la más alta de la región, a pesar de la contención de la cotización del dólar oficial, la vigencia de precios administrados para algunos productos de la canasta básica y el aumento de los subsidios para evitar una disparada en el valor de las tarifas de servicios públicos.
Al respecto, el director de la consultora Econviews, Miguel Kiguel, remarcó que pese al 3,2% del nivel general «lo más preocupante es que la inflación núcleo subió a 3,6% y los estacionales la tiraron para abajo porque subieron sólo 0,5».
«Los bienes suben más que los servicios a pesar de que el dólar está planchado», acotó el ex secretario de Finanzas, quien alertó que pese a la baja del índice respecto de mayo, «la inercia sigue fuerte, especialmente porque la inflación interanual subió y la núcleo también».
Por su parte, Natalia Motyl, de Libertad y Progreso, señaló que las presiones inflacionarias se atenuaron en junio por una cuestión coyuntural relacionada a que «hay una suba de demanda estacional de pesos», que se revertirá en el mediano plazo.
De todos modos, indicó que a pesar de haber sido el menor índice de precios al consumidor de los últimos siete meses, no hay «nada para festejar», debido a que la inflación de la Argentina «sigue siendo la más alta de la región».
El economista de Ecolatina, Martín Rajnerman, compartió la preocupación del atraso cambiario reflejada por Kiguel y señaló que si bien la inflación interanual «cada vez se parece más a la de 2018 y 2019», advirtió que en esta ocasión el dato «es más preocupante que entonces».
La preocupación de Rajnerman radica en que a diferencia de esos años, «ahora se están atrasando el dólar y las tarifas, cuando antes se corregían», lo que abre varios interrogantes para cuando se lleven a cabo ajustes en ese sentido.
Fausto Sportorno, de Orlando Ferreres y Asociados, luego de recordar que los números informados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) están «totalmente en línea» con lo que había anticipado la consultora, remarcó el impacto de la inflación en la depreciación del valor de la moneda.
«A este ritmo, el peso argentino pierde la mitad de su valor cada veinte meses», remarcó.
El ex presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, recriminó a la dirigencia del gobierno de Alberto Fernández por lo que lo «gastaron» durante su gestión por los errores en las previsiones inflacionarias.
Al respecto, sostuvo que en 2017, «la economía crecía al 4%, el crédito al 20% y las expectativas de inflación eran 17%», pero que a pesar de esos número, «no gustó y se cambió».
Para encarrilar la situación, propuso como «lecciones para el que venga» que se garantice la «independencia a rajatabla del Banco Central».
Martín Vauthier, de Anker Latinoamérica, también subrayó que el 3,2% de inflación de junio tuvo lugar «con ancla cambiaria y tarifaria», al tiempo que reclamó «un programa de estabilización creíble para revertir expectativas», como única solución para que «la economía pase de ‘recuperación’ a ‘crecimiento’ y la inflación se desacelere en forma permanente».