El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, aseguró que la exportación de carne «no podrá superar nunca el 24% de la producción total», y reconoció que el sector ganadero necesita «reglas claras y previsibles».
«Mientras yo sea ministro, hay una ecuación que es estadística: la exportación no puede superar nunca entre el 22% y el 24% del total de producción de carne. No nos vamos a mover de eso. Estos son negocios que necesitan reglas claras y previsibles», enfatizó el funcionario.
Con relación al resultado de la reunión que el martes mantuvo con la Mesa de Enlace, comentó: «El acuerdo pactado en la órbita del Ministerio de Producción continúa hasta el 31 de diciembre. Lo que cambia es resolver el problema de 140 mil vacas de faena, vacas viejas, que el mercado interno no consume y que está en manos de pequeños y medianos productores».
En ese encuentro -del que también participaron varios gobernadores- se anunció que el Gobierno flexibilizará desde el lunes próximo el cepo a las exportaciones de carne y rehabilitará las ventas de vaca «vieja» a China.
En declaraciones a un canal de noticias, Domínguez aseguró que el cepo continuará para las exportaciones de cortes «populares», y consideró que «no hay ninguna razón para que el precio del asado suba de vuelta».
«Es un compromiso que tiene el Gobierno con cuidar el acceso de la carne que, para nosotros, es un bien cultural», resaltó.
La suspensión de las exportaciones de carne comenzó a regir en mayo de este año, con el objetivo de bajar los precios en el mercado interno.
En ese momento, la medida se tomó por 30 días, pero fue prorrogada.
El titular de Agricultura comentó que su «filosofía» es que «no se debe alterar la ecuación alimentaria de los argentinos».
«No trabajo para un voto mas o un voto menos. El Presidente nos encomendó recuperar el diálogo como instrumento para el progreso y el crecimiento que la pandemia ha paralizado», subrayó.
Y señaló además que «se ha exportado más de lo que Argentina produce y de lo que es el precio de la faena».
A su criterio: «En la prioridad del Presidente siempre estuvieron los últimos. Si la Argentina se puede poner de pie es porque no cerró ninguna empresa, las actividades siguieron financiadas por el propio Estado y los trabajadores cobraron esa asistencia».
«Por eso nos critican y nos dicen populistas, pero… ¿Qué vamos a hacer con el hambre y el dolor de la gente?. Hay que encontrar soluciones», concluyó Domínguez.