A lo largo de los primeros ocho meses la industria creció un 13% más que el nivel general, pero sin una estabilización de la macro que permita un impulso de la demanda interna y externa, los niveles de producción tenderán a adecuarse a la dinámica del resto de la economía, advirtió un análisis privado.
«Nunca en la historia reciente existió una brecha tan grande entre el comportamiento de la industria y el resto de la economía», apuntó Analytica Consultora.
«La economía hoy está signada por la heterogeneidad, entre sectores y al interior de ellos», aseguró y señaló que «por lo tanto, es esperable que algunos segmentos de la industria hayan encontrado nuevas oportunidades de negocio en esta coyuntura».
Sin embargo, aclaró que «a nivel agregado predominan los comportamientos precautorios».
«Lejos se está aún de esbozarse siquiera un modelo de desarrollo traccionado por la industria. Sin una estabilización de la macro que permita un impulso de la demanda interna y externa, los niveles de producción industrial tenderán a adecuarse a la dinámica del resto de la economía», advirtió.
En ese sentido, remarcó que «la industria siguió creciendo en septiembre».
«En base al consumo de energía, lo hizo 1,4% respecto de agosto. Bajo el mismo indicador, el acumulado anual supera en 6,1 puntos porcentuales a igual periodo de 2019», precisó.
Así, subrayó que, durante los primeros ocho meses, el crecimiento industrial superó en 13% al del nivel general de actividad.
«Únicamente en la crisis de 2009 se evidenció una situación similar, de menor proporción y durabilidad», comparó.
De acuerdo con la consultora, «el fenómeno está asociado con la fuerte caída en términos relativos de los costos de producción».
«Es claro que con el PBI en niveles del año 2010 y sin un salto exportador, la demanda no es la que tracciona. En consecuencia, esta disparidad de comportamiento debería achicarse en el futuro», señaló.
Argumentó que actualmente «producir es más barato» porque «las distorsiones cambiarias, en especial la brecha en 80% para los dólares financieros con intervención del BCRA, abaratan los costos de importar insumos y maquinarias al tipo de cambio oficial».
«Al mismo tiempo, el salario real medido en dólares del sector industrial cayó 36,7% desde 2017. Más que el del resto de la economía en igual periodo (-35,6%), en consecuencia, se abarató en términos relativos el costo de la mano de obra industrial», resaltó.
De ese modo, evaluó que «más allá de que la corrección cambiaria en 2022 puede bajarlo aún más, es evidente que está en un piso y en algún momento comenzará a subir».