El FMI tiene en estudio la creación de un fondo fiduciario de hasta U$S 50 mil millones, que se destinaría a ayudar a países de ingresos medios y bajos que son vulnerables, como la Argentina.
Esta semana, el organismo alertó que, tras la pandemia, se repetirán las crisis de financiamiento y afectarán a numerosos países.
Frente a ese panorama, las directoras del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación del FMI, la turca Ceyla Pazarbasioglu y la india Uma Ramakrishnan, publicaron un artículo en la web del Fondo a través del cual propusieron crear un fondo fiduciario para «no pasar por alto el desafío a más largo plazo de transformar las economías, para que sean más resistentes a los impactos y logren un crecimiento sostenible e inclusivo».
Según el documento, el FMI «está considerando opciones para canalizar algunos de los DEG de U$S 650.000 millones emitidos en agosto de 2021 desde países con posiciones financieras externas sólidas hacia países vulnerables, a través de un Fideicomiso de Resiliencia y Sostenibilidad (RST)».
«El objetivo central del RST es proporcionar financiamiento asequible a largo plazo para ayudar a los países a enfrentar desafíos estructurales», añadió.
Las autoras aguardan que el Directorio Ejecutivo del FMI pueda aprobar el RST, antes de las próximas reuniones de primavera y que esté en pleno funcionamiento antes de fin de año.
«Alrededor de las tres cuartas partes de los miembros del FMI podrían ser elegibles para el financiamiento del RST. Esto incluiría a todos los países de bajos ingresos, todos los pequeños Estados en desarrollo y vulnerables, y todos los países de medianos ingresos con un ingreso per cápita» de alrededor de U$S 12.000 anuales, de acuerdo con la iniciativa.
En cuanto a la calificación para acceder al RST, se explicó que «un miembro elegible necesitaría un paquete de medidas políticas de alta calidad consistentes con el propósito del RST, un programa financiado o no financiado concurrentemente respaldado por el FMI con políticas macroeconómicas apropiadas -para mitigar los riesgos para los prestatarios y acreedores- y deuda sostenible y capacidad adecuada para reembolsar al FMI».
En referencia a la tasa de interés y los plazos, el RST tendría al igual que el Fideicomiso para Países de Bajos Ingresos (PRGT) tasa de interés cero y «se ha propuesto un vencimiento de 20 años y un período de gracia de 10 años, con una estructura de intereses escalonada que diferenciaría las condiciones de financiación entre los grupos de países, con un alto grado de concesión para los miembros de ingresos más bajos».
Por último, el documento estimó que el éxito del nuevo fideicomiso «dependerá igualmente de que los miembros del FMI económicamente más fuertes, proporcionen recursos significativos para ayudar a los países a mejorar la resiliencia y la sostenibilidad a largo plazo; prestatarios dispuestos a hacer un esfuerzo adicional para lograr el entorno macroeconómico y el marco de reforma conducentes a mejorar la estabilidad de la balanza de pagos; otras instituciones financieras internacionales que apoyen con su experiencia, conocimiento y financiamiento cuando sea factible».