La intensidad de la interna oficialista parece haber quedado suspendida en el marco de una contienda más importante: la pelea por la composición del Consejo de la Magistratura y la carrera de obstáculos contra la Corte Suprema.
Y es que en la militancia hay una máxima conocida que asegura que hay que elegir bien qué peleas dar y en qué momento porque «el que mucho abarca, poco aprieta».
A pesar de «las metralletas del off» de ambas partes -término del vocero camporista Andrés «El Cuervo» Larroque- el Gobierno parece haber acordado -de hecho- un momentáneo alto al fuego.
«Estamos en un muy buen momento», aseguran altas fuentes oficiales cercanas al presidente Alberto Fernández, quien insiste con los guiños de acercamiento de partes. .
La foto del acto en Vaca Muerta, en el que se lo vio a pura sonrisa junto al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, hombre del entorno cercano de la Vicepresidenta -semanas atrás supo remarcar que «al que no le interese pelearse con nadie, que sepa que no lo necesitamos»- es un ejemplo del estilo.
«Estuvimos a los besos», exageran fuentes cercanas al mandatario acerca de la ceremonia en Neuquén de que la participó también el subsecretario de Energía, Federico Basualdo.
Sin ir más lejos, el viernes el Presidente, aún sin diálogo con la Vice, solo un breve intercambio en el marco del nacimiento de Francisco, visitó Moreno junto a la intendenta Mariel Fernández, vice del PJ conducido por Máximo Kirchner y referente del Movimiento Evita, en un intento de recuperar las calles y la territorialidad que le permitió al oficialismo acotar la brecha en la provincia con la oposición en las generales de 2021.
Tampoco hay que perder de vista los anuncios económicos de asistencia ante la suba de la inflación, problemática que preocupa al Gobierno de punta a punta.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, demoró su viaje a Washington para poder participar del acto junto al mandatario.
Las medidas fueron un claro gesto de acercamiento al ala kirchnerista que reclamaba soluciones ante el aumento de precios.
Con una división estratégica en el Senado -ni la oposición se creyó que de trate de un nuevo capítulo de la interna- el oficialismo se ordena para dar «la pelea que hay que dar».
«(Sergio) Massa hace lo que es políticamente correcto», manifestaron fuentes del Frente de Todos tras la designación de Roxana Reyes y el pedido de designación de Germán Martínez, el encargado de pelear por el bloque oficialista y de materializar la verdadera política del Gobierno.
Al momento, parece haber cesado la turbulencia del huracán, pero las nubes negras aún no desaparecen.