El ministro de Economía, Martín Guzmán, defendió enfáticamente hoy el proyecto de renta inesperada, por entender que esa iniciativa permitirá que el país «progrese sobre bases de equidad».
«Renta inesperada no es un nuevo impuesto. Es una sobre alícuota de un año en un contexto de guerra en Ucrania que ha generado un gran problema distributivo en todo el mundo», explicó el ministro.
Además, comentó que hay países «que ya lo adoptaron, para sectores específicos. Por eso, para nosotros es importante, porque el Estado tiene la responsabilidad de establecer reglas de juego para una sociedad que progrese».
«Es que no hay progreso si el crecimiento no es compartido.
Cuando pasa algo tan extraordinario, como la guerra, nuestra responsabilidad es actuar para que la Argentina progrese sobre bases de equidad», enfatizó Guzmán.
El jefe de Palacio de Hacienda se expresó así al disertar en el cierre del foro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), horas después de que el presidente de esa entidad, Jaime Campos, dijera que el proyecto de renta inesperada «es un retroceso».
En tanto, Guzmán consideró que la presión tributaria en la Argentina «es más baja que el promedio de la OCDE. Pero el problema es la informalidad. Si tuviéramos niveles de formalidad como los países de la OCDE, la discusión sería otra».
«Por eso, acá tratamos de actuar con pragmatismo, sin ideologías. La sostenibilidad fiscal es un activo: si se toman medidas que le generen un daño mayor al Fisco, eso va a provocar mayor inestabilidad», enfatizó.
En consecuencia, resaltó que desde el Gobierno «tratamos de adecuar para adaptar ciertas cuestiones de la estructura tributaria. A nivel nacional, hay 28 impuestos, de los cuales 12 recaudan el 95% del total. El punto central es favorecer la formalización de nuestra economía».
Por otra parte, Guzmán rechazó las iniciativas que apuntan a dolarizar la economía.
«La Argentina no puede abandonar el camino de construcción de una moneda respetable, más fuerte. Abandonar la moneda es reconocer una derrota como Estado-Nación. Por eso, las propuestas de dolarización que andan dando vueltas no tienen sentido y dañarían fuertemente a la República», subrayó.
También defendió el rol del Estado en la economía y, en ese sentido, consideró que si bien el sector privado «es un motor fundamental de la economía, el sector público tiene un rol fundamental para generar condiciones de mayor dinamismo para el sector privado».
Según el ministro, «los países que se han desarrollado, han podido conjugar un sector privado importante con un Estado que favorece esa pujanza. Es un problema cuando el Estado sale de la escena y achica sus inversiones en educación, en desarrollo científico, en infraestructura pública».
«La gente va a estar mejor con un Estado ordenado, que es un Estado más fuerte para contribuir al desarrollo económico y social», destacó.
Asimismo, comentó que para que el Estado «tenga más fuerza, hay ciertas condiciones que alcanzar: primero, tener más sostenibilidad desde el punto de vista externo. La Argentina necesita acumular reservas, lo cual a su vez requiere de que el perfil productivo genere un crecimiento de las exportaciones que sea consistente con la demanda de divisas que el crecimiento económico necesita».
«También hay que resolver los problemas de endeudamiento externo insostenibles, algo en lo que avanzamos de forma decidida.
Todo esto requiere de una política fiscal y monetaria para que el Estado pueda tener mayor fortaleza», añadió.
Guzmán afirmó además: «Todo lo que dijimos que íbamos a hacer, lo estamos haciendo».