El diputado Leandro Santoro habló de la tensa relación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner y aseguró que la vicepresidenta irá como candidata en 2023, aunque descartó que sea por la presidencia.
Santoro aclaró que no cree que la ex mandataria «quiera el lugar de Alberto (Fernández)» y señaló que trabajará en el armado del Frente de Todos.
«Intuyo que Cristina será candidata en 2023, pero no me imagino que quiera ser candidata a Presidente», afirmó en diálogo con Nancy Pazos en el programa Ruleta Rusa que se emite por radio Metro 95.1.
En la misma línea, opinó que hay muchas similitudes entre el Presidente y la vice y destacó que la diferencia que los tensiona reside en la concepción de poder.
«La principal distinción es en la teoría del poder que cada uno desarrolla, en cómo hay que vincularse con el poder», enfatizó, al tiempo que aclaró que Cristina Kirchner «tiene más diferencias con (Sergio) Massa», pero que como «tienen una visión del poder más parecida, parece que tiene relación más cercana que con Alberto».
Para Santoro, el discurso de la vicepresidenta en el cierre del plenario de la CTA Avellaneda fue de «los más profundos» dado que hizo referencia a los problemas estructurales del país.
«Lo central fue la lectura que hizo sobre la inflación, la economía bimonetaria, la vinculación entre la evasión, la deuda y la fuga. Fue un discurso de los más profundos y estudiados. Trató de aportar a los problemas más importantes de la Argentina», aportó.
Por otro lado, respaldó a Alberto Fernández y destacó su participación en el G20 ante Joe Biden: «El discurso en Los Ángeles frente a Biden fue uno de los mejores desde su gestión. El problema en la Argentina no puede reducirse nunca a las características personales del Presidente, creo que es un problema más endémico».
En tanto, tras la polémica desatada por los dichos de la ex mandataria sobre los planes sociales, el diputado oficialista declaró que el aumento en los mismos se condice a la suba en los índices de la pobreza y subrayó que el Estado debe acudir a los movimientos sociales porque no llega a determinados sectores de la sociedad.
«No es normal que las organizaciones sociales, la iglesia y las ONG ocupen el lugar del Estado, pero lo hacen porque el Estado no llega y es algo que viene desde los ’90», concluyó.