El cantante de cumbia L-gante se sumó al jurado de Canta conmigo ahora en el inicio de su segunda semana al aire y se mostró muy entusiasmado por acompañar a Marcelo Tinelli.
«Gracias por invitarme, Marcelo. Acá estamos como siempre, tarde pero seguro», manifestó el cantante de cumbia 420 y, más allá de su participación y los consejos que le dio a los participantes, Elián Ángel Valenzuela -así es su verdadero nombre- recibió una sorpresiva declaración de amor.
Luego de que la participante Angie Carrasco interpretara Ayer, de Gloria Stefan, Tinelli quiso hablar con los jurados que no se pararon para cantar con ella y en diálogo con Ana Devin, cantante, bailarina e integrante del elenco de Sex, se llevó una sorpresa.
«Yo estoy un poco en una», señaló la cantante y, ante al desconcierto del conductor, siguió: «Estoy desconcentrada… un montón de cosas me pasan con L-gante».
El joven oriundo de General Rodríguez le siguió el juego: «¿Qué le estará pasando por la cabeza a Ana?», preguntó y le dio el pie al conductor para que continuara.
«Siento una admiración profunda y me pongo nerviosa, tiemblo y no puedo mirar a la participante, porque miro todo el tiempo para el costado, y la voy a bardear…», confesó Devin. .
«Shhhh, que después me esperan con el cinto», concluyó el cantante popular en referencia a su relación con Tamara Báez, la madre de su hija Jamaica.
A pesar de que no suele esquivar las polémicas, esta vez Tamara se llamó a silencio y se limitó a compartir una selfie en sus historias de Instagram.
Desde que L-gante se convirtió en uno de los artistas más populares de la música urbana, la joven de 23 años tomó relevancia en las redes y, más allá de las ventajas que puede tener por la exposición, sufre por los comentarios que recibe por su aspecto físico.
Luego de que se viralizara una imagen de su adolescencia con la que muchos usuarios señalaron cómo había cambiado su imagen, la joven explotó: «Tenía 14 años, era una nena, me fui a hacer el documento a las 4 de la madrugada con mi mamá, me vestía con ropa deportiva porque sigo siendo de barrio. Tenía flequillo, me sentía turrita… ¿Y? ¿Qué problema hay?».
«No entiendo por qué se ponen contentos cuando me comentan cosas feas. Andá a laburar amigo, medicáte, ponete bien ready y sacáte fotos lindas. Que no les moleste la felicidad del otro, porque es re triste», agregó.
Y cerró su descargo haciendo referencia a su beba: «Miren mi hija cómo me ama. Una súper mamá soy. Si quieren hablar mal de alguien, busquen a alguien que haga el mal de verdad».
