El ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, y su par de Defensa, Jorge Taiana, despidieron la Misión de Cascos Blancos que partió rumbo a Haití a bordo de un avión Hércules de la Fuerza Aérea para asistir a la población local afectada por el terremoto que sacudió a ese país.
«Este operativo conjunto que cuenta con el apoyo de la Fuerza Aérea Argentina aportará toda la logística necesaria para llegar a Haití a raíz del terremoto sufrido el 14 de agosto, muy severo y que ha provocado casi 2 mil muertos», señaló Solá.
En ese marco, el canciller precisó que la misión estará «veinte días en la isla con equipamientos médicos, como así también personal de médicos y paramédicos».
«Llevamos tres perros para la localización de víctimas y un hospital entero, que tiene más o menos 180 metros cuadrados, que cubre también la vivienda del personal que viaja y que puede sustentarse con su propia agua y energía», explicó el funcionario nacional.
Según precisó la Cancillería en un comunicado, «el Ministerio de Salud proveyó 216.000 dosis de vacuna doble viral y siete botiquines Remediar que contienen antibióticos, analgésicos, antihipertensivos, pastillas potabilizadoras, entre otros medicamentos».
A su turno, el ministro de Defensa afirmó que la Argentina es «un país solidario, de paz que ayuda a una nación latinoamericana y hermana en un momento muy difícil de su historia».
«Nuestra solidaridad con Haití es de muy larga data. Como ministro de Defensa siento orgullo de que nuestras Fuerzas Armadas, y en particular nuestra Fuerza Aérea, hayan podido en pocas horas poner en marcha este operativo que depende del Estado Mayor Conjunto», afirmó Taiana en la Base Aérea de El Palomar.
Al despedir a los 24 voluntarios que en las próximas horas arribarán a Puerto Príncipe, capital de Haití, puntualizó: «Esta es una misión muy importante de Cascos Blancos, una institución que creó la Argentina para ayuda humanitaria hace 27 años y que a lo largo de su existencia lleva hechas más de 700 misiones humanitarias».
«Cascos Blancos es enviado a donde es convocado por el país, o cuando es parte de una misión internacional, y lo hace obviamente con una tradición de no injerencia, de imparcialidad, de respeto a los Derechos Humanos. En este caso, es el país que nos ha hecho un requerimiento», concluyó.