La gestión de Silvia Brunilda Traverso al frente de la Dirección General de Aduanas se encuentra en la mira, tanto del propio Gobierno como de la Justicia, ya que hay un récord histórico de contrabando de cocaína desde la Argentina.
En las últimas semanas, se registraron dos nuevos casos de contrabando de cocaína: uno de 4 toneladas detectado en el puerto holandés de Rotterdam y otro de 697 kilos, advertido en la terminal portuaria portuguesa de Leixões.
Éste último hecho derivó en una investigación en la Argentina para intentar determinar cómo fueron burlados los controles aduaneros que inspeccionaron el contenedor, que estuvo casi dos semanas en una terminal portuaria de Dock Sud hasta que partió hacia Europa en un buque de bandera liberiana.
Casos así vienen aumentando y desnudan la falencias en los controles en la Aduana, a cargo de Traverso: en lo que va del año, ya son casi 20 las toneladas de cocaína que salieron del país y escaparon al control del organismo, alertó el portal Nexofin.
Uno de los mayores escándalos ocurrió en febrero pasado, cuando se llevó a cabo la Operación Atlántico Norte: de manera conjunta, la Policía de Alemania y la de Bélgica ejecutaron la mayor incautación de droga en la historia y secuestraron un total de 23.200 kilos de cocaína de máxima pureza fue secuestrada en los puertos de Hamburgo y Amberes.
El barco que transportó la droga había bajada desde Paraguay por la Hidrovía del Río Paraná: según la investigación europea, 16 de las 23 toneladas fueron transbordadas en el Puerto de Buenos Aires.
El titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), Diego Iglesias, presentó una denuncia ante el juez en lo penal económico Diego Amarante e informó que están imputados los empleados de la Aduana que controlaron el contenedor que viajó en el buque paraguayo «Doña Verónica», luego de estar diez días en Buenos Aires, con destino final Portugal.
De acuerdo a Nexofin, la Justicia tiene decidido avanzar sobre la cadena de mandos de la Aduana, ante las omisiones que derivaron en estos hechos de contrabandos históricos.
La investigación se centrará en los empleados de Aduana que debían controlar el contenedor y en el subdirector de fiscalización de la AFIP, un contador sin experiencia en el mundo aduanero.
«No hay controles, por omisión terminan colaborando con el contrabando. Los escáneres no están conectados al Centro Único de Monitoreo Aduanero, que acá lo conocemos como el CUMAm y los aduaneros son dejados a la buena de Dios», señalaron fuentes del organismo al mencionado portal.