A medida que el mundo salga de la pandemia, las crisis de financiamiento tradicionales a corto y mediano plazo se repetirán y afectarán, sobre todo, a países emergentes como la Argentina, estimó el FMI.
Según el organismo, las contracciones monetarias, más bruscas de lo esperado -ante presiones inflacionarias en las economías avanzadas- tendrán repercusiones sobre la balanza de pagos de los países de mercados emergentes.
En tanto, los países con pesadas cargas de la deuda «tendrán que trabajar para evitar crisis fiscales y de financiamiento», consideró el Fondo en un informe titulado «El FMI continúa su adaptación para afrontar los retos globales», publicado en su blog.
En el texto, el organismo garantizó que «continuará desplegando su conjunto de herramientas tradicional de supervisión, préstamo y fortalecimiento de las capacidades, si bien a veces puedan ser necesarias modificaciones menores».
No obstante, indicó que en la coyuntura actual, «también es fundamental incrementar las actividades de supervisión y préstamo en temas a más largo plazo».
Además, consideró importante prestar atención a los cambios climático y digital.
Para el FMI, los impactos de estos retos «se están sintiendo de forma desigual según el país, y resultará inevitable que se manifiesten en sus balanzas de pagos, lo que podría socavar la estabilidad económica internacional».
Por ello, aseguró que va a «reexaminar su asesoramiento de política económica, sus actividades de préstamo y su fortalecimiento de las capacidades con el fin de ver si necesitan adaptarse de manera selectiva, y de qué forma, para satisfacer las necesidades cambiantes de sus países miembros».
«Por ejemplo, los actuales esfuerzos por establecer un Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad se basan en la histórica asignación de DEG equivalente a U$S 650.000 millones de 2021 y se dirigen a satisfacer las necesidades de financiamiento a más largo plazo de los países miembros con mayores necesidades para ajustarse a un mundo que cambia con rapidez».
En este marco, el Fondo sostuvo que el financiamiento para el desarrollo por sí solo «no es suficiente para ocuparse de objetivos internacionales de política pública que se superponen y que requieren la acción de todas las instituciones financieras internacionales».
«De hecho, para que el FMI continúe cumpliendo su mandato, establecido hace más de 75 años en su Convenio Constitutivo, son necesarios cambios de dirección; en particular, el mandato de brindar asistencia a sus países miembros para superar los problemas de balanza de pagos sin recurrir a medidas que pongan en peligro la prosperidad nacional o internacional», enfatizó.