La corriente del sindicalismo peronista que lidera Pablo Moyano (CGT) y los gremios alternativos detrás de Hugo Yasky (CTA) y el kirchnerismo se movilizó por el Día de la Lealtad Peronista y, entre otras cuestiones dejó varios detalles como los pases de factura y los planeos de por qué no habló el líder de Camioneros.
En una Plaza de Mayo que se usó por la mitad (a la altura de la pirámide estuvo el escenario) y con siete oradores, se lanzaron críticas a los sectores empresariales, del campo y de la oposición pero también dardos a la Casa Rosada (sin nombrar a Alberto Fernández), se volvió a evocar a Cristina Kirchner pensando en 2023 y se llamó a un bono fijo para los trabajadores.
«Tenemos que ofrecer en 2023 un proyecto de país que interprete al pueblo», fueron las palabras de Máximo Kirchner, que estuvo en condición de presidente del PJ Bonaerense, mientras parte de los presentes evocaba a la vicepresidenta con cánticos.
Además, sin nombras al propio Alberto Fernández ni al ministro de Economía, Sergio Massa, el también diputado y dirigente de La Cámpora apuntó contra el Ejecutivo con nuevas críticas al acuerdo con el FMI y el rumbo económico.
«La Argentina necesita un respiro. Los vencimientos van a ser un ancla para cualquier candidato», manifestó.
«Si el Estado Nacional no puede planificar, menos podrán planificar las familias argentinas», agregó, para luego dar plantear un anhelo del sector del oficialismo que conduce la vicepresidenta que es compartido por el secretario adjunto de los Camioneros en medio de las disputas por las paritarias: un bono con una «suma fija» porque «los trabajadores están esperando que dejen de traicionarlos».
Máximo Kirchner también mencionó «el saludo de la compañera Cristina» Kirchner a los manifestantes congregados y embistió contra el gobierno de Mauricio Macri, a quien llamó «maleducado» por haber dicho días atrás que «la sociedad argentina es fracasada».
«Si hubo alguien que fracasó, ese fue Mauricio Macri, que no estuvo a la altura de las circunstancias ¿Por qué tratar así a su propio pueblo?», agregó.
Además, remarcó: «Dijimos claramente que no contaba con un plan de gobierno y que se iba a llevar adelante un plan de negocios, y destrozaron el Estado».
Los miles de movilizados arrojaron un paisaje e insignias más sindicales que en las últimas marchas del kirchnerismo.
En detrimento del acto que organizaron los sectores más tradicionales de la CGT en Obras Sanitarias, varios jefes de sindicatos prefirieron asistir al escenario que se montó a la altura de la pirámide de Mayo (75% de la plaza) y compartir con figuras como el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el referente de la Cámpora y ministro de Desarrollo de la provincia, Andrés «el Cuervo» Larroque, el intendente Fernando Espinoza (La Matanza), la CTA y la CTA Autónoma.
Minutos antes de que Vanesa Siley (máxima autoridad del sindicato de Trabajadores Judiciales) y Omar Plaini (titular del sindicato de Canillitas) llevaran a cabo la lectura inicial del documento oficial, se produjo la llegada del mandatario provincial, quien por la mañana había participado del acto de Alberto Fernández en Cañuelas.
«Restaurar el rol del Estado en el control y planificación de la economía» y «el Gobierno no puede seguir sujeto a los condicionamientos de sectores corporativos que privilegian sus intereses por sobre el interés de las mayorías», fueron algunas de las frases destacadas.
Entre los presentes en el escenario, también estuvieron Abel Furlán (de la UOM, donde este año reemplazó al histórico Antonio Caló tras 20 años), Roberto Baradel (titular de Suteba), Daniel Catalano (de ATE Capital), Víctor Santa María (mandamás de Suterh) y Walter Correa (encargado del sindicato de Curtidores y ministro bonaerense de Trabajo).
Todas figuras que conforman el universo sindical que proyecta el kirchnerismo, en medio de una inflación que podría trepar a los tres dígitos en diciembre y la pérdida sostenida del poder adquisitivo de los salarios, con miras a las chances en 2023.
Además, se volvió a recordar en repudio el ataque a Cristina Kirchner el pasado 1 de septiembre, hubo un llamado a la «la restauración de un Poder Judicial ecuánime» y se produjeron diversos pases de facturas por la situación de los trabajadores, donde se reprobó el desempeño del Ejecutivo y se apuntó contra los sectores del mercado.
«Un aspecto central para combatir la inflación que deteriora el poder adquisitivo de toda la población argentina es terminar con las prácticas monopólicas y oligopólicas de los grupos concentrados de la economía», se indicó.
Luego fue el turno del gremialismo surgido de los años noventa y un antiguo aliado de las organizaciones detrás de la figura de Cristina. Se trata de la CTA del mencionado Yasky.
«Después vino la compañera Cristina Kirchner. Esa compañera que nos representa, que nos interpreta. Es la conducción de nuestro frente y marca el futuro por el que tenemos que ir. Siempre con la movilización, con la lucha», apuntó el también diputado nacional, al que luego sucedió el conductor de la CTA Autónoma y secretario general de ATE, Hugo «Cachorro» Godoy.
Para el cierre del encuentro, tras la palabra de Héctor «Gringo» Amichetti, de la Federación Gráfica Bonaerense y referente de la Corriente Federal de Trabajadores, se esperaba la palabra de Pablo Moyano, quien semanas atrás amagó con renunciar al triunvirato de la CGT por sus diferencias con los otros dos triunviros Héctor Daer y Carlos Acuña.
Sin embargo, en una intención de ampliar al representación del denominado Frente Sindical para el Modelo Nacional (FRESIMONA) que conduce, el camionero optó por darle el cierre a Mario «Paco» Manrique, secretario adjunto de SMATA y hombre su círculo íntimo.
Al tomar la palabra, lo que causó sorpresa entre algunos de los presentes, el representante de los trabajadores mecánicos hizo mención a la presencia del Consejo Directivo de la CGT en la Plaza de Mayo y apuntó contra el sector antagonista de «los gordos» y «los independientes».
«Esta CGT que algún dirigente se atrevió a decir que somos un grupo minúsculo, no vino a esta Plaza a conformar una agrupación política, vino a esta plaza a darle la cara al pueblo, sabiendo las necesidades que todos estamos atravesando», expresó.
Según el último de los oradores, una decisión que se cocinó desde el interior del Frente Sindical, dijeron fuente cercanas, «no es una elección más la del 2023, está en juego verdaderamente los destinos de la patria».
Y, sin escaparle a la situación económica, cerró con un pedido de apoyo: «No es fácil pedirle a un compañero, una compañera, que no puede llegar a fin de mes que no tiene nada en la heladera, que tenga fe, que tenga confianza. Pero créannos, el único modelo que nos puede sacar de todo esto es el modelo nacional y popular, es el peronismo pero con todos nosotros adentro».