Entre Ríos, con su mezcla de verde y azul en sus paisajes y el multicolor de su historia, flora, fauna y gente, es uno de los destinos turísticos más visitados del país y alberga, de este a oeste, uno de los mayores escenarios naturales y atractivos: el Delta del Paraná.
Ríos, arroyos y lagunas, barrancas, bosques, cultivos, zonas urbanas y también pueblos colmados de historia captan los sentidos y contagian de emociones, calma, calidez y ambiente familiar.
La provincia es un jardín de naturaleza que mezcla música silvestre y silencio, aromas, sabores, amabilidad y tranquilidad, con diversos cuadros paisajísticos para descanso y contento del visitante.
El 80% de los más de 22.500 kilómetros cuadrados del extenso mosaico de humedales de la región del Delta está dentro de la provincia.
Con destinos poco conocidos, quien lo visite puede transitar caminos rurales y acuáticos, de la mano de la aventura o la tranquilidad según los gustos, y conocer su gran complejidad biogeográfica, social, cultural y ambiental.
Allí el paisaje es completo: además de las especies de río bajo la superficie; en las pintorescas zonas terrestres se erigen montes, bosques, humedales y pastizales nativos con sus animales, y un mundo de aves cierra la imagen desde el cielo.
Durante todo el año, el delta entrerriano ofrece safaris y avistamientos, caza y pesca deportiva, ecoturismo, y recorridos históricos con mitos y leyendas que cruzan más de dos siglos.